domingo, 20 de octubre de 2013

Info C:

Hola

Saludos a todos los que me leen, espero que estén disfrutando de *Anima* que es lo que actualmente publico. Sé que últimamente no estoy subiendo tan seguido a como lo hacia en un principio, pero estoy dejando de hacerlo para ver si así se da más lectura entre cada capítulo.
Lo más posible es que no alargue más *Anima* y comience a subir otros escritos, hasta una nueva "novela" por así llamarla.

Otra cosa que les quería decir es que se den una visita por la página de Facebook, una colaboración entre una amiga de blogger y yo. Les dejo el link y si les gusta pueden quedarse un rato y le dan like.

https://www.facebook.com/elteatrodelimonyremolacha


Bueno hasta la próxima.

jueves, 17 de octubre de 2013

*Anima* Capítulo #21 "El Bosque Oscuro: Entrando"

“Demostraba sus sentimientos y del viento se enamoró, pero no hay peor desgracia que el amor a algo libre, al final no puede pertenecerte nunca.”

Saltaban por todos lados, destruían todo a su paso, los pueblos más cercanos al Bosque Oscuro estaban la mayoría totalmente destruidos, muy pocos eran los que sobrevivían a la ola de seres liberados de aquel siniestro lugar. Muchos ya habían evacuado de sus pueblos, de sus hogares. No había mucho que hacer con lo que se acercaba, muchos de los pueblos abandonados estaban ocupados por Cazadores y/o asesinos de la Orquídea Lóbrega.
La brisa siniestra revolvía su cabellos, su mirada hacía aquel lugar estaba fija. –Debo  buscarla –se dijo en voz baja –Pero… ¿seré capaz?
-Claro que sí –August le respondió –eres una cazadora después de todo.
Lilith se sorprendió, no esperaba que la estuviesen escuchando. –Me invade el miedo, saber que voy a pelear como lo hacía Hikari. Además… la última vez que estuve en la habitación de las puertas hable con Kuroi. Estaba bastante… como decirlo. No era él, estaba pensando en muchas cosas y se sentían sus sentimientos.
-¿Has hablado con él en persona? –August estaba bastante interesado en lo que decía Lilith.
-Sí, él y Estefanía me acogieron un tiempo en su viaje, cuando llegue a ti ya llevaba tiempo con ellos. –respondió la chica.
-Ya veo. Déjame confesarte algo. Siento culpa, mucha. Fue un gran error sellarlo, pero sabía que ese demonio lusht se había escapado del bosque y no quería que fuese hacer daño. Ignoraba el hecho que tenía un contrato y mucho menos con un shinigami. –bajo la mirada.
+Alrededores del Boque Oscuro+
*Colina De Los Lamentos*
La chica se levantaba del suelo, estaba sentada desde hace un buen rato. Sentía las piernas adormecidas, sacudió la cabeza y comenzó a caminar. –Entrar ahí nuevamente debe ser una locura. –lo dijo mirando hacía el Bosque. –Pero la vida es una sola y hay que vivirla al máximo ¿no?

+Castillo De Erzebeth – Dentro del Bosque Oscuro+

Morrigan empezaba a impacientarse, ya no sentía las piernas de estar en ese trono sentada, ya no podía comunicarse con el mundo exterior pues la energía estaba limitada para una emergencia. Ya no sabía qué hacer. Pero si estaba segura de algo, pronto grandes cosas sucederían, pero prefería ahorrarse el comentario frente a Erzebeth. Otra cosa más le interesaba, había escuchado de alguno de los guardias que la vigilaban que tenían a un shinigami en el castillo. Si así era, sería mejor tener a alguien ya adentro.

La chica lo miro detenidamente un rato, luego al fin le volvió hablo. -¿No me vas a responder verdad? –su voz sonada dulce.
-umm –solo fue lo que se escuchó. Levanto la cabeza un poco para poder mirarla. -¿Cuánto tiempo crees que tarde en liberarme de esto?
-Pregunta descara, no saldrás de aquí ya te lo he dicho. –Rugal estaba molesta, sus ojos lo decían todo. –No deberías estar pensando en cómo escapar, es imposible.



Era de mañana, pero las nubes negras hacían ver que era mucho más tarde, el ambiente tenebroso era acompañado por las risas agudas de las brujas, tambores de guerra una que otra vez y rugidos continuos.
-Sólo deben salir vivos de ese lugar, recuperar a Morrigan es prioridad. –Celilia estaba al frente. –nada allí dentro es confiable, la brisa, los árboles, TODO tiene alguna trampa. Los rumores corren rápido y posiblemente nada este sellado.
-¿Vale la pena poner algún sello ahí dentro nuevamente? –el shiniami número nueve pregunto.
-Sí, Scotti. Es mejor que vayan sellando nuevamente. No creo que Erzebeth tenga la capacidad de seguir rompiendo sellos y no creo mucho menos que Kuroi tenga las fuerzas para hacerlo. –Celilia actuaba como la líder que era y pocos conocían. Sus palabras siempre se mantenían firmes.
-¿Algún grupo u organización? –Gilmore pregunto.
-Liz, Hikari y yo llegaremos al castillo de Erzebeth. Nosotras nos encargaremos de sacar a Morrigan de ahí. Cloud, Okka y Scotti mantengan rodeado y custodiado e castillo por fuera, cualquier peligro manden una señal. Finalmente Estefanía, busca a Kuroi, y de paso a Fiorella. No debe seguir con vida. –la mirada de Celilia decía lo que debía, no había perdón alguno para Fiorella. –¡ah! Un cosa más, busquen a Sasha, lo deben tener en algún sitio de este bosque.
Llegar al castillo no fue muy difícil y entrar a el tampoco, ya muy pocas bestias y espíritus quedaban en el Bosque. Como el plan decía Okka, Cloud y Scotti quedaban afuera haciendo guardia. Hikari y Celilia adelante Liz atrás.
-Señoritas, un placer ver que todavía quedan jovencitas hermosas por estos lares. –una bestia de dos cabezas  las miraba. En su primer ataque dio directo al suelo, pues Hikari y Celilia esquivaron audazmente. Liz corrió por uno de los pasillos. Se cubría del polvo que se levantó, pero su atención fue desviada totalmente por otra cosa. Miro nuevamente donde estaba Hikari, noto que era solo la marioneta y no la real. Le hablo, bajo para que ella solo leyera lo que sus labios decían. Hikari logro entender y le dio su aprobación.
-Liz se reúne luego con nosotras, debemos encargarnos del resto nosotras. –Hikari a Celilia.
-Entiendo. –fue lo único que dijo Celilia mientras recogía las mangas de su camisa. –entonces que esperamos por la diversión, más para nosotras.
Afuera del castillo iba llegando Lilith y August con dos cazadores más. –Mira ahí hay un shinigami. –dijo Lilith.
-Deben estar haciendo guardia, ya están adentro. –August miraba alrededor. –Esto está muy tranquilo por aquí. –se acercó más al shinigami. Era Okka. –¿Mi hermana Celilia está dentro ya?
-De nada en este Boque te puedes fiar. –fue lo único que dijo.
-Está advertido, no nos dejara pasar, tienen un campo abierto para proteger el castillo. Lilith debemos… -Lilith estaba atravesando literalmente el campo sin ningún problema.
-Oye niña, ¿qué haces? –decía Okka preocupado.
-Tranquila su alma está conectada a la de Morrigan, solamente sigue esa conexión, los campos no la detienen. –August respondió por Lilith.
-Esa chica debe ser de la que todos hablaban. –Okka veía como la chic corría en dirección del castillo. –Más vale que esto no sea un engaño.


Liz entro en la habitación, dos grandes puertas eran las que sellaban el lugar. Cuando entro lo primero que vio en la habitación fue al otro lado, justo al frente en la pared atado con cadenas estaba Sasha. Sin pensarlo corrió a él.
-¿Estas vivo? ¡Hey! Respóndeme, ¿vives aún? –lo agitaba por los hombros, pero este no respondía.
-Bas…ta –musito –no es necesario solo tomaba una siesta. –apenas y se le oía. Apenas y miro para responderle, pero se dio cuenta que no era quien pensaba. -¿Liz? Qué diablos…
-Uff estas bien, debemos irnos ya, Celilia y Hikari se encargan de lo principal. –trataba de soltar las cadenas.
-Tienen un sello, debes romperlo con la espada. –dijo Sasha mirándola a los ojos fijamente, de vez en cuando sus ojos miraban buscando por la habitación. –Un rápido corte quiebra la cadena y el sello.
La chica inmediatamente saco la espada y en un rápido movimiento corto las cadenas que apretaban las muñecas de Sasha.

-¿A dónde piensas que vas? –la voz en la habitación resonaba.
-Te dije que me escaparía y en eso estoy –el comentario de Sasha fue lleno de sarcasmo.
-No debes ser así conmigo, sabes bien que te amo. –La chica estaba sentada encima de una pequeña cómoda en una de las esquinas del lugar. –No seas así, no, no. Eres malo.
-Esa chica. Es la misma de la biblioteca flotante. –Liz miro sorprendida, no se lo esperaba.
-¡Niña! Tu, tu, tu. Eres la responsable de mi Sasha se quiera ir. –la señaló. –Pagarás.
-¿Yo? No, estas confundida. Yo no…
Sasha no la dejo terminar, la abrazo contra su pecho. –Sí, es ella. Por eso no te amo Rugal.
-¡Cállate! Sasha no digas esas cosas, la haces enojar más.
El rubio la empujo detrás de una de las columnas que sostenían el techo de la habitación, hizo sonar sus dedos de las manos y comenzó a caminar hacía Rugal. –¿Me devuelves mi espada?
-Ya te lo dije una vez, me la comí. –sonrió pícaramente.
El primer ataque lo dio Sasha, pero falló. La chica era rápida y él llevaba herido bastante tiempo. El cabello desnivelado y despeinado hacía que se viera más cansado y arruinado. Logro acercarse lo suficiente en el siguiente golpe, la tomo por un brazo y su mano comenzó a calentarse. –Dame la espada. –Le dijo. –Te quemaré el brazo hasta que se separe del resto de tu cuerpo.
-¡NO! –Su grito agudo termino de quebrar los espejos que quedaban en la habitación. Sasha la soltó y corrió detrás de la columna más cercana a donde estaba Liz. Rugal enfadada comenzó a tirar rayos descontroladamente.

-¡Liz! –grito Sasha, su voz se perdía en el ruido que había en el lugar. –¿Aún tienes ese cuaderno donde anotas todo?
-¿Qué? –pensó un segundo lo que el rubio decía. –Sí, lo tengo.
-¿Aún tienes los signo extraños anotados ahí? –la pregunta nuevamente se perdía entre el ruido de los rayos chocando con todo.
Liz saco el cuaderno de la pequeña bolsa que llevaba amarrada a un costado y lo abrió buscando aquellos signos de los que Sasha hablaba. Se agacho un poco para evitar que un rayo le diera. Miro detenidamente y mostro de lejos el cuaderno a Sasha.
-Perfecto.¿ Puedes pasarlos a la piel de ella? –las preguntas no eran ni un poco más claras para oírlas, pero ahora ya entendía a qué quería llegar Sasha.
-Sí, pero necesito que se quede quieta y que no esté tirando rayos. –La columna donde estaba ya no aguantaría mucho si las cosas seguían así.
-Yo me encargo de eso, tu solo vela de que cada signo de esos este en la piel de esa loca.
Sasha corrió al lado izquierdo del cuarto evitando que le diera alguno de los rayos, en menos de lo que esperaba Rugal el chico ya estaba atrás de ella. Sujeto uno de sus brazos y con el otro el cuello de la chica. Ella trataba de zafarse con la mano que tenía libre, pero la verdad es que el chico aunque estuviese herido, todavía tenía bastante fuerza.

-¡Ahora Liz! –grito Sasha.
Liz salió detrás de la columna que la refugiaba abrió el cuaderno en dirección de Rugal. –“Tato~ūinku”*-los signos salían de las páginas del cuadernon, flotaban en el aire, casi parecía que marchaban, en completo orden hasta que llegaban a la chica, se pegaban a su piel, se extendían a lo largo de su cuerpo, unas cuantas se pasaron a los brazos de Sasha.
Los signos dejaron de salir, no quedaba ni uno más en las páginas, el rubio soltó a la chica.

-¿Qué? Qu…é. ¿QUÉ ME HICIERON? Malditos, malditos, malditos. Mi piel, mi hermosa piel, la han manchado, la has manchado con estas cosas raras.
Sasha puso su mano izquierda sobre la frente de Rugal. –Es simple alquimia. –Con su mano derecha juntando bien los dedos y con un rápido movimiento atravesó el estómago de la chica, su mano llego a salir del otro lado. El grito de dolor infesto el castillo completo. –Parece que mi espada no está aquí. Mentirosa. –Había una leve sonrisa en los labios de Sasha.
Rugal cayó arrodillada. La mano de Sasha salió por gravedad. Su mano izquierda aún permanecía en la frente de la chica. Con la mano derecha hizo una estrella, con la sangre de la misma chica. –Para esto ofrezco tu misma sangre como ofrenda, arde como fuego… “Goret”*

Al principio fue solo una pequeña chispa, pues las palabras de Sasha fueron dichas casi como un murmullo. –GORET –grito esta vez. La llamarada de fuego se levantó. Esta vez  los gritos quizá llegaban hasta lo lejos del Bosque. La chica trataba de apagar el fuego sobre ella, pero sentía que los signos sobre su piel mantenían el fuego vivo. Su piel ardía, el calor estaba ya muy dentro de ella, hasta que cayó entera al suelo. Su cuerpo quedo tan oscuro que nada se diferenciaba, el olor a carne quemada era horrible. Liz se acercó, sabía que era algo desagradable, pero debía ver. Sasha patio el cuerpo, pero este se volvió cenizas.
-“No puedes amar algo y tenerlo prisionero, pues ese algo no te va a amar a ti. Déjalo ser libre y así apreciara los momentos contigo. Déjalo que en su libertad reconozca que te extraña.” Esas fueron las últimas palabras que escuche de la anterior shinigamis número tres. Vaya que tenía razón. –Sasha murmuro. –Miro a Liz.

-Es bueno que aún sigas con vida, se requiere de ti allá afuera. –Liz no le miro al rostro, pero sabía que la miraba.
-Entonces déjame decirte algo, antes de que regrese al trabajo. –Cerró los ojos y sonrió.
-¿Qué? –Liz le miro finalmente.
-Gracias Espantapájaros.
-¡MALDICIÓN! Que me llamo Liz idiota.





*Tato~ūinku: Tatuaje de Tinta (japonés)
*Goret: es arder en ruso.

Aja, al fin subí.  Disfruten, comenten y se les quiere.