Hola
Saludos a todos los que me leen, espero que estén disfrutando de *Anima* que es lo que actualmente publico. Sé que últimamente no estoy subiendo tan seguido a como lo hacia en un principio, pero estoy dejando de hacerlo para ver si así se da más lectura entre cada capítulo.
Lo más posible es que no alargue más *Anima* y comience a subir otros escritos, hasta una nueva "novela" por así llamarla.
Otra cosa que les quería decir es que se den una visita por la página de Facebook, una colaboración entre una amiga de blogger y yo. Les dejo el link y si les gusta pueden quedarse un rato y le dan like.
https://www.facebook.com/elteatrodelimonyremolacha
Bueno hasta la próxima.
domingo, 20 de octubre de 2013
jueves, 17 de octubre de 2013
*Anima* Capítulo #21 "El Bosque Oscuro: Entrando"
“Demostraba sus
sentimientos y del viento se enamoró, pero no hay peor desgracia que el amor a
algo libre, al final no puede pertenecerte nunca.”
Saltaban por todos lados, destruían todo a su paso, los
pueblos más cercanos al Bosque Oscuro estaban la mayoría totalmente destruidos,
muy pocos eran los que sobrevivían a la ola de seres liberados de aquel
siniestro lugar. Muchos ya habían evacuado de sus pueblos, de sus hogares. No
había mucho que hacer con lo que se acercaba, muchos de los pueblos abandonados
estaban ocupados por Cazadores y/o asesinos de la Orquídea Lóbrega.
La brisa siniestra revolvía su cabellos, su mirada hacía
aquel lugar estaba fija. –Debo buscarla
–se dijo en voz baja –Pero… ¿seré capaz?
-Claro que sí –August le respondió –eres una cazadora
después de todo.
Lilith se sorprendió, no esperaba que la estuviesen
escuchando. –Me invade el miedo, saber que voy a pelear como lo hacía Hikari.
Además… la última vez que estuve en la habitación de las puertas hable con
Kuroi. Estaba bastante… como decirlo. No era él, estaba pensando en muchas
cosas y se sentían sus sentimientos.
-¿Has hablado con él en persona? –August estaba bastante
interesado en lo que decía Lilith.
-Sí, él y Estefanía me acogieron un tiempo en su viaje,
cuando llegue a ti ya llevaba tiempo con ellos. –respondió la chica.
-Ya veo. Déjame confesarte algo. Siento culpa, mucha. Fue un
gran error sellarlo, pero sabía que ese demonio lusht se había escapado del
bosque y no quería que fuese hacer daño. Ignoraba el hecho que tenía un
contrato y mucho menos con un shinigami. –bajo la mirada.
+Alrededores del Boque Oscuro+
*Colina De Los Lamentos*
La chica se levantaba del suelo, estaba sentada desde hace
un buen rato. Sentía las piernas adormecidas, sacudió la cabeza y comenzó a
caminar. –Entrar ahí nuevamente debe ser una locura. –lo dijo mirando hacía el
Bosque. –Pero la vida es una sola y hay que vivirla al máximo ¿no?
+Castillo De Erzebeth – Dentro del Bosque Oscuro+
Morrigan empezaba a impacientarse, ya no sentía las piernas
de estar en ese trono sentada, ya no podía comunicarse con el mundo exterior
pues la energía estaba limitada para una emergencia. Ya no sabía qué hacer.
Pero si estaba segura de algo, pronto grandes cosas sucederían, pero prefería
ahorrarse el comentario frente a Erzebeth. Otra cosa más le interesaba, había
escuchado de alguno de los guardias que la vigilaban que tenían a un shinigami
en el castillo. Si así era, sería mejor tener a alguien ya adentro.
La chica lo miro detenidamente un rato, luego al fin le
volvió hablo. -¿No me vas a responder verdad? –su voz sonada dulce.
-umm –solo fue lo que se escuchó. Levanto la cabeza un poco
para poder mirarla. -¿Cuánto tiempo crees que tarde en liberarme de esto?
-Pregunta descara, no saldrás de aquí ya te lo he dicho. –Rugal
estaba molesta, sus ojos lo decían todo. –No deberías estar pensando en cómo
escapar, es imposible.
Era de mañana, pero las nubes negras hacían ver que era
mucho más tarde, el ambiente tenebroso era acompañado por las risas agudas de
las brujas, tambores de guerra una que otra vez y rugidos continuos.
-Sólo deben salir vivos de ese lugar, recuperar a Morrigan
es prioridad. –Celilia estaba al frente. –nada allí dentro es confiable, la
brisa, los árboles, TODO tiene alguna trampa. Los rumores corren rápido y
posiblemente nada este sellado.
-¿Vale la pena poner algún sello ahí dentro nuevamente? –el shiniami
número nueve pregunto.
-Sí, Scotti. Es mejor que vayan sellando nuevamente. No creo
que Erzebeth tenga la capacidad de seguir rompiendo sellos y no creo mucho
menos que Kuroi tenga las fuerzas para hacerlo. –Celilia actuaba como la líder que
era y pocos conocían. Sus palabras siempre se mantenían firmes.
-¿Algún grupo u organización? –Gilmore pregunto.
-Liz, Hikari y yo llegaremos al castillo de Erzebeth.
Nosotras nos encargaremos de sacar a Morrigan de ahí. Cloud, Okka y Scotti
mantengan rodeado y custodiado e castillo por fuera, cualquier peligro manden
una señal. Finalmente Estefanía, busca a Kuroi, y de paso a Fiorella. No debe
seguir con vida. –la mirada de Celilia decía lo que debía, no había perdón alguno
para Fiorella. –¡ah! Un cosa más, busquen a Sasha, lo deben tener en algún
sitio de este bosque.
Llegar al castillo no fue muy difícil y entrar a el tampoco,
ya muy pocas bestias y espíritus quedaban en el Bosque. Como el plan decía
Okka, Cloud y Scotti quedaban afuera haciendo guardia. Hikari y Celilia
adelante Liz atrás.
-Señoritas, un placer ver que todavía quedan jovencitas
hermosas por estos lares. –una bestia de dos cabezas las miraba. En su primer ataque dio directo
al suelo, pues Hikari y Celilia esquivaron audazmente. Liz corrió por uno de
los pasillos. Se cubría del polvo que se levantó, pero su atención fue desviada
totalmente por otra cosa. Miro nuevamente donde estaba Hikari, noto que era
solo la marioneta y no la real. Le hablo, bajo para que ella solo leyera lo que
sus labios decían. Hikari logro entender y le dio su aprobación.
-Liz se reúne luego con nosotras, debemos encargarnos del
resto nosotras. –Hikari a Celilia.
-Entiendo. –fue lo único que dijo Celilia mientras recogía las
mangas de su camisa. –entonces que esperamos por la diversión, más para
nosotras.
Afuera del castillo iba llegando Lilith y August con dos
cazadores más. –Mira ahí hay un shinigami. –dijo Lilith.
-Deben estar haciendo guardia, ya están adentro. –August miraba
alrededor. –Esto está muy tranquilo por aquí. –se acercó más al shinigami. Era
Okka. –¿Mi hermana Celilia está dentro ya?
-De nada en este Boque te puedes fiar. –fue lo único que
dijo.
-Está advertido, no nos dejara pasar, tienen un campo
abierto para proteger el castillo. Lilith debemos… -Lilith estaba atravesando
literalmente el campo sin ningún problema.
-Oye niña, ¿qué haces? –decía Okka preocupado.
-Tranquila su alma está conectada a la de Morrigan, solamente
sigue esa conexión, los campos no la detienen. –August respondió por Lilith.
-Esa chica debe ser de la que todos hablaban. –Okka veía
como la chic corría en dirección del castillo. –Más vale que esto no sea un
engaño.
Liz entro en la habitación, dos grandes puertas eran las que
sellaban el lugar. Cuando entro lo primero que vio en la habitación fue al otro
lado, justo al frente en la pared atado con cadenas estaba Sasha. Sin pensarlo
corrió a él.
-¿Estas vivo? ¡Hey! Respóndeme, ¿vives aún? –lo agitaba por
los hombros, pero este no respondía.
-Bas…ta –musito –no es necesario solo tomaba una siesta. –apenas
y se le oía. Apenas y miro para responderle, pero se dio cuenta que no era
quien pensaba. -¿Liz? Qué diablos…
-Uff estas bien, debemos irnos ya, Celilia y Hikari se
encargan de lo principal. –trataba de soltar las cadenas.
-Tienen un sello, debes romperlo con la espada. –dijo Sasha mirándola
a los ojos fijamente, de vez en cuando sus ojos miraban buscando por la
habitación. –Un rápido corte quiebra la cadena y el sello.
La chica inmediatamente saco la espada y en un rápido
movimiento corto las cadenas que apretaban las muñecas de Sasha.
-¿A dónde piensas que vas? –la voz en la habitación
resonaba.
-Te dije que me escaparía y en eso estoy –el comentario de
Sasha fue lleno de sarcasmo.
-No debes ser así conmigo, sabes bien que te amo. –La chica
estaba sentada encima de una pequeña cómoda en una de las esquinas del lugar. –No
seas así, no, no. Eres malo.
-Esa chica. Es la misma de la biblioteca flotante. –Liz miro
sorprendida, no se lo esperaba.
-¡Niña! Tu, tu, tu. Eres la responsable de mi Sasha se
quiera ir. –la señaló. –Pagarás.
-¿Yo? No, estas confundida. Yo no…
Sasha no la dejo terminar, la abrazo contra su pecho. –Sí,
es ella. Por eso no te amo Rugal.
-¡Cállate! Sasha no digas esas cosas, la haces enojar más.
El rubio la empujo detrás de una de las columnas que
sostenían el techo de la habitación, hizo sonar sus dedos de las manos y
comenzó a caminar hacía Rugal. –¿Me devuelves mi espada?
-Ya te lo dije una vez, me la comí. –sonrió pícaramente.
El primer ataque lo dio Sasha, pero falló. La chica era
rápida y él llevaba herido bastante tiempo. El cabello desnivelado y despeinado
hacía que se viera más cansado y arruinado. Logro acercarse lo suficiente en el
siguiente golpe, la tomo por un brazo y su mano comenzó a calentarse. –Dame la
espada. –Le dijo. –Te quemaré el brazo hasta que se separe del resto de tu
cuerpo.
-¡NO! –Su grito agudo termino de quebrar los espejos que
quedaban en la habitación. Sasha la soltó y corrió detrás de la columna más
cercana a donde estaba Liz. Rugal enfadada comenzó a tirar rayos
descontroladamente.
-¡Liz! –grito Sasha, su voz se perdía en el ruido que había
en el lugar. –¿Aún tienes ese cuaderno donde anotas todo?
-¿Qué? –pensó un segundo lo que el rubio decía. –Sí, lo
tengo.
-¿Aún tienes los signo extraños anotados ahí? –la pregunta
nuevamente se perdía entre el ruido de los rayos chocando con todo.
Liz saco el cuaderno de la pequeña bolsa que llevaba
amarrada a un costado y lo abrió buscando aquellos signos de los que Sasha
hablaba. Se agacho un poco para evitar que un rayo le diera. Miro detenidamente
y mostro de lejos el cuaderno a Sasha.
-Perfecto.¿ Puedes pasarlos a la piel de ella? –las preguntas
no eran ni un poco más claras para oírlas, pero ahora ya entendía a qué quería llegar
Sasha.
-Sí, pero necesito que se quede quieta y que no esté tirando
rayos. –La columna donde estaba ya no aguantaría mucho si las cosas seguían
así.
-Yo me encargo de eso, tu solo vela de que cada signo de
esos este en la piel de esa loca.
Sasha corrió al lado izquierdo del cuarto evitando que le
diera alguno de los rayos, en menos de lo que esperaba Rugal el chico ya estaba
atrás de ella. Sujeto uno de sus brazos y con el otro el cuello de la chica.
Ella trataba de zafarse con la mano que tenía libre, pero la verdad es que el
chico aunque estuviese herido, todavía tenía bastante fuerza.
-¡Ahora Liz! –grito Sasha.
Liz salió detrás de la columna que la refugiaba abrió el
cuaderno en dirección de Rugal. –“Tato~ūinku”*-los signos salían de las páginas
del cuadernon, flotaban en el aire, casi parecía que marchaban, en completo
orden hasta que llegaban a la chica, se pegaban a su piel, se extendían a lo
largo de su cuerpo, unas cuantas se pasaron a los brazos de Sasha.
Los signos dejaron de salir, no quedaba ni uno más en las
páginas, el rubio soltó a la chica.
-¿Qué? Qu…é. ¿QUÉ ME HICIERON? Malditos, malditos, malditos.
Mi piel, mi hermosa piel, la han manchado, la has manchado con estas cosas
raras.
Sasha puso su mano izquierda sobre la frente de Rugal. –Es simple
alquimia. –Con su mano derecha juntando bien los dedos y con un rápido
movimiento atravesó el estómago de la chica, su mano llego a salir del otro lado.
El grito de dolor infesto el castillo completo. –Parece que mi espada no está
aquí. Mentirosa. –Había una leve sonrisa en los labios de Sasha.
Rugal cayó arrodillada. La mano de Sasha salió por gravedad.
Su mano izquierda aún permanecía en la frente de la chica. Con la mano derecha
hizo una estrella, con la sangre de la misma chica. –Para esto ofrezco tu misma
sangre como ofrenda, arde como fuego… “Goret”*
Al principio fue solo una pequeña chispa, pues las palabras
de Sasha fueron dichas casi como un murmullo. –GORET –grito esta vez. La
llamarada de fuego se levantó. Esta vez los
gritos quizá llegaban hasta lo lejos del Bosque. La chica trataba de apagar el
fuego sobre ella, pero sentía que los signos sobre su piel mantenían el fuego
vivo. Su piel ardía, el calor estaba ya muy dentro de ella, hasta que cayó
entera al suelo. Su cuerpo quedo tan oscuro que nada se diferenciaba, el olor a
carne quemada era horrible. Liz se acercó, sabía que era algo desagradable, pero
debía ver. Sasha patio el cuerpo, pero este se volvió cenizas.
-“No puedes amar algo y tenerlo prisionero, pues ese algo no
te va a amar a ti. Déjalo ser libre y así apreciara los momentos contigo.
Déjalo que en su libertad reconozca que te extraña.” Esas fueron las últimas
palabras que escuche de la anterior shinigamis número tres. Vaya que tenía
razón. –Sasha murmuro. –Miro a Liz.
-Es bueno que aún sigas con vida, se requiere de ti allá
afuera. –Liz no le miro al rostro, pero sabía que la miraba.
-Entonces déjame decirte algo, antes de que regrese al
trabajo. –Cerró los ojos y sonrió.
-¿Qué? –Liz le miro finalmente.
-Gracias Espantapájaros.
-¡MALDICIÓN! Que me llamo Liz idiota.
*Tato~ūinku: Tatuaje de Tinta (japonés)
*Goret: es arder en ruso.
Aja, al fin subí.
Disfruten, comenten y se les quiere.
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