“Solo lo que está próximo a perderse se siente muy de
nosotros, y solo lo perdido sabemos que lo amamos.”
Apenas y podía abrir los ojos, la luz de la habitación le
molestaba. Sintió como le acariciaron la barbilla, suaves manos, escucho una
ligera risa.
-Ya me preocupaba, tenías tres días así. –Le seguía
acariciando el rostro. –creo que no es bueno que estés en este estado, pero no
me dejas más opción.
-¿Estado? –apenas y pudo pronunciar la primera palabra.
Sentía que no hablaba hace mucho y la garganta le dolía. –Aún estas aquí, loca.
–Levanto la mirada y apretó los puños. -¿Puedo saber qué rayos hago aquí? –miro
sus manos, pero ambas atrapadas en grilletes sujetados a la pared de la
habitación le extendían los brazos.
-Antes de que intentes hacer tonterías, he puesto un sello
en cada mano, así no podrás soltarte con tus explosiones, además sé que para el
resto de la magia que utilizas necesitas unir tus manos.
-¿Rugal? Era así tu nombre ¿no? –pregunto Sasha.
-ooh, lo recuerdas, estamos avanzando. –la chica se inclinó
un poco más cerca de él, en una de sus manos tenía una tijera. –amo tus ojos,
tienen un color precioso.
-Aléjate un poco… -la miro preocupado. -¿qué pretendes con
esas tijeras?
La chica tomo un mechón de cabello de Sasha, que por cierto
se lo había soltado. –Pero tu cabello, me parece que corto se vería mejor. –sin
dudar corto el cabello que sujetaba en sus manos.
Sasha noto que la chica ya había hecho lo mismo mientras él
estaba inconsciente. –jajaja, y ahora ¿qué? Me dejarás calvo y me violarás… o
quizá…
-¡CALLATE! Basta, basta, basta. –Rugal empezaba a perder el
control. –¿No te he dicho que te amo? Debo repetirlo una vez más y otra y otra
hasta que te quede claro, debe ser eso. –bajo la mano con la tijera y soltó los
cabellos que aún sujetaba. Se le acerco nuevamente. –Sasha, si no consigues
enamorarte de mí… te mataré. –con la tijera en sus manos la levo directo al
pecho de Sasha y justo a la altura del corazón comenzó a trazar una línea. –ya
verás. –se levantó y salió de la habitación.
-Sellado, capturado por una loca y ahora me obligan a
enamorarme… debo estar pagando por todo lo malo que he hecho… jajaja –la
sonrisa de sus rostro hacía ver que no mostraba preocupación alguna. –veamos
quien se aburre primero.
+Orquídea Lóbrega+
Dos semanas luego de que Erzebeth capturara a Kuroi.
De rodillas en mitad de la habitación, frente a Medicci. –lo
lamento abuelo, no sabía que Erzebeth lo buscaba. No quería que esta situación
se diera.
-Sin embargo se dio y por tu culpa. August, eres mi nieto, pero
pareciera que tu capacidad de razonamiento cada vez va peor. –Medicci daba
vueltas de un lado a otro.
-Eres en parte responsable, pero… ahora qué más da, ya
sucedió. –Celilia tomo la palabra. –se reunirán los shinigamis posibles y se
tomarán medidas.
-Ustedes dos, mis nietos, debemos hacer algo para detener a
su madre ya mismo. –Medicci se detuvo.
-Ya te he dicho, esa ya no es mi madre. –August interrumpió.
–Ella es un demonio.
-Señor, ya ha llegado la mayoría de los shinigamis.
–interrumpió la reunión Simone.
-¿La mayoría? Te dije que cuando llegaran todos me avisarás.
–Medicci se extrañó.
-Es imposible que se reúnan todos. –Respondió.
-¿Qué dices?
+Dentro del Gran Salón+
La mesa estaba en el centro, alrededor, doce sillas, dos
vacías. Los shinigamis que llegaron venían con las mismas respuestas de todos
lados, el presentimiento de tragedia agobiaba en todos lados.
-Saben bien porque están aquí. –Medicci hablo primero. -¿Alguno
de ustedes sabe algo de Sasha?
-¿Sasha? –Liz percato en ese instante de la ausencia del
chico en la sala. -¿Por qué no está?
-Desapareció en su última misión, cerca al camino del Bosque
Oscuro. –Hablo Sinome que estaba parada aun lado de Medicci.
-Además, Firorella… -la pausa fue simplemente para pensar
mejor las cosas. –Ella cometió…
-¡Traición! –Termino la frase Estefanía. –La Decapitadora
filtraba información a Erzebeth, lo malo es que pude detenerla. –Desvió la
mirada al techo.
-¿Cómo puede ser eso posible? –Okka shinigami número ocho
dudaba de las palabras que escuchaba. –ella me acompaño hace unas semanas en
una misión…
-Lo es, y eso es todo. –Estefanía estaba mucho más sería de
lo que acostumbra a ser. –Si no nos apresuramos, lo que ahora conocemos acabara
cubierto por el mal.
“¿Me escuchas? ¿O solo me ignoras? Debes tener mucho que
contar, pero no quieres hablar.”
Las palabras resonaban en su mente, recordaba la última
conversación que tuvo con Morrigan, le inquietaba, pues ¿por qué recordaba eso
ahora? Lo más curiosa era que quizá Morrigan no estuviese muy lejos de donde
estaba él.
-Debo dejar de pensar tonterías. –se dijo a sí mismo. –salir
de esta situación parece imposible.
Se encontraba sujetado con cadenas, las cuales eran bastante
largas y e dejaban moverse bastante bien, pero se sentía tan agotado como para
querer hacer algo. –Toda mi gran fama, y estoy aquí tirado en el suelo sin
poder mover un dedo. –Los ojos los tenía vendados. –Ya no recuerdo la luz del
sol –ya casi no recuerdo su rostro. –Estaba hablando con él mismo.
-Dicen que eres uno de los demonios más poderosos sobre las
tierras de Natian, sin embargo… -el chico no se le acerba mucho solo por
precaución. –solo mírate.
-¿Mirarme? Para hacerlo necesitaría un espejo –sonrío
ligeramente –aunque ya sé que soy bastante apuesto.
-déjate de tonterías, ya casi se llevara la ceremonia –el chico
bastante confiado sobre el poder del bando donde él estaba hablaba sin limitaciones.
-Te preguntaré algo… ¿sabes quién arrojo el alma de Erzebeth
al Bosque Oscuro? –se levantó un poco, pero aún seguía en el suelo. –No ¿verdad?
-Y tú si sabes…
-Eso es una pequeña leyenda que revolotea entre demonio y
almas perdidas. Que esa alma y la de Morrigan tuvieron algo que ver con el
Dragón Devorador de Animas…
-¿Enserio quieres que crea eso? –mejor déjate de tonterías y
prepárate, esta noche la gran Erzebeth liberara la mayoría de las almas y seres
que están en el bosque.
-¿Erzebeth? Jajajajaja –su risa hacía notar su falta de
energías.
-¿Qué es tan gracioso?
-Pues que ella se lleva toda la fama, pero lo único que hará
es llevarse la gran parte de mi poder. Es solo una farsa, mentiras, mentiras.
Tonterías. –las últimas palabras las decía ya murmurando.
+Hace cincuenta años atrás*
La brisa de las altas montañas se llevaba los quejidos de la
batalla que se libraba, nada ni nadie podía evitar lo que estaba pasando. Con
toda la carga que tiene es imposible dejarle ir. Un shinigami buscando el alma
condenada.
Estaba tirado en el suelo, quizá la sonrisa disfrazaba lo
que realmente sentía. -¿Nunca dejas de sonreír? –pregunto Medicci
-Lo mismo me pregunto alguien en el último pueblo que estuve.
–Kuroi le agradaba el clima de aque lugar, lo estaba disfrutando a pesar de la
condición en que estaba.
-Sabes bien la cadena que arrastras, y sabes bien que yo
debo hacer. –Medicci le apuntaba con la espada. –tu alma ira directo al Bosque
Oscuro y pasaras una eternidad en ese lugar.
-¿Una eternidad? –la palabra retumbaba en su mente. –una eternidad
dices.
Volvió en sí, sintió un escalofrío, quitarse la venda de los
ojos no resultaba difícil, pero sentía… miedo. –¿Es eso? Siento miedo de lo que
me vaya a pasar, de ver lo que el karma me tiene preparado. –sintió que le
tomaron por el brazo para levantarle.
-El ritual va a empezar señor Kuroi. –la voz de Erzebeth
hizo eco en aquel lugar. –para ahorrar tiempo te diré una simple cosa. –se le acercó
al oído. –donde intentes hacer una tontería esa chica perderá la cabeza y su
alma será condenada a pasar algo peor de lo que pasara la tuya.
+Orquídea Lóbrega+
El plan ya estaba, los shinigamis estaban y cooperación de
los cazadores estaba también. ¿Entonces qué hacía falta para buscar a
Erzebeth?.
-Valor –Hikari miro a lo lejos. –No creo que ellos quieran
ir, sus piernas tiemblan.
-Debes bajar la voz Hikari, tus comentarios pesimistas invadirán
a los demás –dijo Gilmore
-Hikari, ¿puedo hablar contigo? –Liz estaba frente a la
shinigami, se notaba que se había armado de valor antes de poder ir a donde
ella.
Llegaron a uno de los jardines dentro de la Orquídea y se
sentaron a hablar.
-Dime, ¿qué era? –Hikari rompió el silencio.
-Pues… son varias cosas. Pero primero y antes que nada. ¿Qué
sabes sobre Sasha?
Los ojos de Hikari se posaron sobre los de Liz. –Nada, la
última vez que lo vi, fue llegando al pueblo cercano al Bosque Oscuro
-Ya veo. –bajo la mirada
-Te preocupas mucho por ese egocéntrico. –sonrío pícaramente.
–Sabes, está vivo, en problemas quizás, pero vivo. Hierba mala nunca muera.
-Eso espero. –se le escapo. –Yo… no…
-Tranquila. –le sonrisa se volvió cálida.
-Bueno lo otro era –cambiando el tema rápidamente. –Sobre Celilia.
-Tranquila, solo ha sido un mal entendido. Ella no era la
sospechosa realmente sino Fiorella.
-Ya veo, por cierto ella –no sabía aún como entablar bien la
conversación, al fin y al cabo tenía mayor rango. -¿Qué harán con ella?.
-Estefanía ya le tiene en la mira. Es difícil que resulte
viva de esto. Fiorella se buscó un gran problema. –una vez más miro a los ojos
a Liz. -¿Algo más?
Miro detenidamente los ojos de aquella chica. –Sí, ¿cómo lo
haces?
-¿hacer qué? –su mirada desprendía duda.
-¿Dónde estás? Sé que lo que tengo al frente no es más que
una marioneta, ¿no es cierto? ¿Cómo haces para pasar al gran salón? Esta tan
encantado, que es imposible que puedas pasar sin ser detectada.
-Eres muy hábil, estoy bastante cerca. Pero esto es algo que
debe quedar en secreto. Nos veremos en el bosque. –se dio la vuelta y se despidió
de la chica. –hasta pronto “Shinigami de Tinta.”
-¿Shinigami de… tinta?
“Estaba ahí, las lágrimas en su rostro se perdían en la
corriente del río, nada la consolaba, quería morir, ella quería realmente
morir. Era mi oportunidad, era lo que necesitaba, pero… me hizo dudar, y le di
otra opción, le di a escoger. Le dije que la venganza la ayudaría. Le dije que
sería mejor. ¿Pero y yo? Mi alma ¿qué? Ahora que lo pienso, fue bastante estúpido.”
Hablar le hacía sentir mejor, la habitación era bastante
cálida y así podía relajar la mente. Además la chica lo escuchaba atentamente.
-Entonces, ¿tú la salvaste, pero también te salvaba a ti? –Lilith,
en la habitación de siempre, escuchaba a Kuroi.
-Te equivocas, si yo devoraba esa alma en ese momento, podría haberme
salvado y estar sin ningún contrato. Pero le di esa opción, aun así pude
haberme aprovechado, pero estaba demasiado débil y el contrato dividió el poder
a la mitad.-Kuroi miraba el candelabro en la mitad del techo de aquel lugar.
-pero… eso significa que conmovió tu alma.
-¿Conmovió mi alma? –pensó unos segundos. –Tú tienes algo
especial. Morrigan te ha puesto aquí por algo. No sé ni cómo llegue aquí, pero tú
has calmado mi alma que lloraba.
-Estás hablando tonterías, debes reunirte pronto con Estefanía,
debe estar haciendo berrinches y alborotos por encontrarte. –su gentileza era
tan tranquilizadora. –Yo estoy aprendiendo como usar los poderes de Cazadora,
así que pronto iré a ayudarles.
-Eres tan tierna. –Se le acercó un poco -¿puedo darte un
abrazo?
Pero el descanso se acabó y regreso a la realidad, sentía
como si la gravedad hubiese aumentado y lo halara el piso. Imposible levantarse.
Escucha como Erzebeth hacía conjuros, en lenguas que él conocía, pero su cabeza
estaba tan llena de cosas que se le era imposible pensar en algo en concreto.
Hasta que escucho como si quebraran una fina pieza de porcelana. Él conocía ese
sonido, sabía que eso era un sello roto, pero esta vez, eran cientos de sellos,
la cantidad de poder que le habían extraído, era lo suficiente para eso. Volvió
a perder el conocimiento.
-Sabes, me encanta comer dulces. Yo solo espero no enfermar
por esto. –comía pequeños biscochos. –deberías probar uno. Veras, te va a
gustar.
-Te he dicho que no. –se sentó dándole la espalda. –Yo no
voy a estar en esas…
La chica lo abrazo por la espalda y le empujo uno de los
biscochos en la boca–Estas tan amargado, come dulces y veras que te endulzas. –sus
risa sonó melodía para él.
Mastico un poco aquel dulce y la miro. –Tienes razón…esto
sabe tan bien. Dame otro.
Abrió una vez más los ojos. Ya no estaba en el mismo lugar
de antes, lo podía sentir. Sentía como sus cadenas se movían. Algo más estaba
atado junto a él.
“Las nubes en el cielo eran grises, ocupaban todo espacio y
no dejaban ver más allá de ellas. Los gritos de terror gobernaron primero los
alrededores, luego todo el lugar. Natian estaba bajo las tinieblas. Las
personas buscaban refugios y los seres liberados destruían todo a su paso, nada
ni nadie que se encontrara en el camino de ellos se salvaba. A lo lejos se
escuchaban los rugidos de un Fogus de Arena, y la risa de las brujas. Asesinos,
Cazadores y Shinigamis, todos acabaremos con esto.”
Fueron las últimas palabras de Medicci al despedir a sus
ocho shinigamis.
Empecé escribiendo pensando en algo más, y al final el
capítulo resulto ser totalmente distinto.
Espero que lo disfrute, insistiré y pediré que comenten.
Gracias y hasta la próxima.