lunes, 21 de julio de 2014

*Anima* Capítulo #25 "Regreso"

"Puedo dejar de sonreír en cualquier momento, puedo hacerlo, estoy segura de ello. Pero... ¿qué ganaría con ello?"




Todo estaba bastante tranquilo, pero Erzebeth descombinaba con la sensación de paz en la habitación. Lo que las miraba desde arriba de la habitación ya se movía, a pesar de que había estado bastante tranquilo, con tan solo una pequeña orden de la mujer de cabellos negros enseguida movió su hoz para cortar.

-Yo no tengo tiempo que perder con ustedes dos -dijo un poco más calmada Erzebeth -Ustedes tienen a Morrigan y esa otra chiquilla que sospecho que sea Laiath que de alguna forma sobrevivió a todos estos años. Pero yo aún tengo a el Lusht.
-¿Qué pretendes? Ya no hay seres que liberar, has provocado un maldito infierno allá afuera -contesto Celilia. Ya no había esa típica calma que generalmente la rodeaba.
-Infierno dices... Me queda el mismísimo infierno por liberar -dijo sonriendo -Verás, no contaré mis planes y mucho menos a dos tontas. Celilia, no te metas en mi camino, como murió Mark, lo harás tu si sigues de entrometida.
Los ojos de Celilia se abrieron más de lo que podían, parecía que el tema de Mark era muy delicado.
-No sé como rayos hiciste que todos olvidáramos la mayoría de la historia de como paso, pero estaba segura de que tu, Madre, lo habías matado. Ahora lo confirmas... -bajo la mirada -no hay forma de que puedas seguir con vida.

Levanto la espada y apunto justo a Erzebeth.

-Ven, no seas cobarde -le grito con autoridad.
-Lo siento cariño -dijo con obvio tono de burla -no tengo tiempo para jugar, me marcho...
Justo terminando la frase el ser que estaba detrás de ella paso al frente, imponente mostró la hoz. Erzebeth atrás abría una especie de portal por el cual escapaba.
 -¡Maldición! se va -hablo al fin Hikari. Aunque ella ya no estaba en aquella habitación. Solo dos marionetas estaba ahí paradas. Prontamente las movió en dirección del atroz ser que impedía llegar a Erzebeth.

En lo que aquel ser se distraía con las marionetas de Hikari, Celilia aprovecho para poder acercarse a la que pretendía escapar. Corrió un poco hasta llegar a la mitad de la habitación y agito sus manos de adelante hacía atrás, haciendo un gesto de querer atraer. Primero fue una leve brisa, pero al cabo de unos segundos el viento comenzó a soplar más de lo que podía soportar la habitación.
Erzebeth estaba siendo arrastrada por aquello. Pero el portal abrió y ella tuvo esos oportunos segundos para entrar y escapar. El misterioso ser de la hoz se fue disolviendo en el aire como neblina, hasta quedar la habitación solo con Celilia y las dos marionetas.
Una más dañada que la otra se desmorono en el piso. Pronto la que restaba miro con esos ojos vacíos de muñeca a Celilia.

-Estoy afuera, más allá del campo creado alrededor de esta torre -hablo.
-Eso significa que la que escapo de aquí no era la real Hikari -dijo con una sonrisa algo cansada -me parece sorprendente las cosas que puedes hacer. Se supone que hicimos un trato entre los cuatro para que La Orquídea no se enterara demás sobre nosotros. Y tu si que eres un misterio.
-Tengo el haz bajo la manga aún. Con lo que podremos sacar el alma de Erzebeth del cuerpo de tu madre...
-¿Crees que su alma este aún intacta? ¿Te imaginas las cosas horribles que debió haber pasado? -Celilia estaba vagando en más de un pensamiento.
-Espero que el inútil de Sasha siga vivo, y que pueda hacer su parte. -Dijo mientras miraba por la puerta que daba a las escaleras.





Esos dos salían de la torre. Sasha caminaba bastante bien, pero el estado que tenía era espantoso. El cabello desnivelado y despeinado, el pecho cortado y una que otra quemada en los brazos. Además de los símbolos que tenía en las manos ahora se extendían hasta sus codos.
-¿Puedo saber qué significan en sí esos símbolos? -pregunto Liz curiosa.
-¿Puedo saber para que rayos los guardaste sin saber qué eran? -respondió con otra pregunta el rubio.
-Pues... verás eran iguales a los de tus manos. Solo que los de tus manos estaban algo deformes, imagino que por las quemaduras.
-Son de alquimia, tendríamos que estar horas aquí explicando el porque de cada signo en si... pero por ellos puedo hacer alquimia en resumen -la miro entrecerrando los ojos.
-Ya, ya. No sigo preguntando. ¡ah! pero otra cosa más -las preguntas eran interminables, los cuatro Shinigamis principales estaban llenas de ellas.
La mirada fulminante de Sasha se pose sobre Liz -¿y ahora qué? -suspiro rendido.
-¿Y tu espada?
El rubio cayo en cuenta en ese mismo instante que realmente no la había recuperado -no puede ser -inclino la cabeza a un lado y soltó otro suspiro -ya no tengo, tendré que usar mis espada... que fastidio -todo lo dijo murmurando.
-¿Qué? no te entendí, pero si la perdiste ¿cómo la vas a usar? ¡oye! ¿me estas ignorando?

La torre seguía rodeada por Okka, Scotti y Cloud. Mantenían un constante campo protector.
-Señorita Liz -hablo Cloud -me alegra que este bien ¿y las demás? -pregunto entunsiasmada. 
-¿No han salido? -respondió completamente extrañada Liz
-Señor -se inclino un poco Okka -me alegra que este vivo -se acerco apenas los vio salir.
-¿Les alegra? -miro alrededor -me alegraría irme de aquí cuanto antes.


Minutos después salio Celilia por la puerta de la torre, sola.

Todos posaron su mirada en ella.

-¿Las demás? -Scotti que ya se había acercado al grupo fue el primero en preguntar.
-Solo vengo yo y debemos irnos cuanto antes. No creo que sea seguro estar más tiempo aquí -paso entre el grupo y se detuvo frente a Sasha -es bueno verte vivo, necesitaremos de ti prontamente. Ambos intercambiaron una sonrisa.
-Esperen, esperen... ¿y la señorita Hikari? -Cloud no entendía mucho.
-Como de costumbre debió ser una marioneta -sin pensar respondió Sasha.
-¿Y la chica, la cazadora? -volvió a insistir en que faltaban algunos.
-Se fue antes que todos, y si preguntas. Porque lo vas a hacer... Morrigan se fue con ella. -Celilia hablo con voz seria.
-¿Y la loc.. digo Estefanía? -Scotti también tenía dudas.
-Ella si aún esta en el bosque mandará una señal. Pero supongo que debe estar esperando afuera. No creo que Kuroi este aquí todavía.


Salir del lugar no les tomo mucho tiempo, estaba deshabitado el bosque, Erzebeth libero a todos los seres que considero eran lo suficientemente capaces de hacer desastres afuera del bosque y a los que no, devoro sus almas. 
Efectivamente, en la entrada del bosque estaba Estefanía, sentada en un tronco caído que reposaba sobre la hierba pisoteada. A su lado August de pie, ambos parecían cansados, desanimados.

-¿Pudiste encontrar pista de donde lo tiene? -Fue lo primero que pregunto Celilia.
-Un pequeño rastro que ya se desvaneció. No tengo ni la menor idea de donde puede estar a pesar de que nuestras almas están unidas... -su palabras eran bajas y sueves.
-Recorrimos la parte más cercana al monte, pero ni en las cavernas de este había algo. -August tomo parte de la conversación.

Él si bien había llegado acompañando a Lilith y estuvo un momento con los Shinigamis protegiendo la torre, decidió acompañar a Estefanía, en la búsqueda de Kuroi. Se sentía responsable de lo que estaba pasando.

Nuevamente el camino seria regresar a La Orquídea Lóbrega y escuchar lo que Medicci debía decir.
Aunque si bien, los cuatro Shinigamis, Celilia, Estefanía, Sasha y Hikari ya tenían un pequeño plan para ellos.




~Lugar Desconocido~

-¡Lui! ¡LUI! -grito
-Dígame mi señora -una pequeña niña, de apenas siete, quizás ocho años.
-Necesito que vayas con Keu y le digas lo que debe hacer -Erzebeth estaba sentada con las piernas cruzadas a un lado de Kuroi. Él, recostado de un viejo árbol, respirando con dificultad.
-Si mi señora -dijo la niña haciendo una reverencia y marchándose.



martes, 8 de julio de 2014

*Anima* Capítulo #24 "La Guardiana de Las Puertas"

Cuatro personas montadas a caballo seguían el sendero, no había más camino que ese. Un rey, Moulin señor de las tierras Azul y Rojo, territorio basto y hermoso. Morrigan, señora del bosque bajo guardiana de la paz entre los árboles, Laiath hermana gemela de Morrigan, dama guardiana de las montañas nevadas y Erzebeth, señora del lago. Un camino largo a la cueva de la verdad, donde las aguas de la sabiduría corrían sin límites algunos. 



Es un ser que establece el equilibrio de varias cosas. Él obedece a lo que el resto de las personas le llaman “Dios”.
Cuento viven, cuando mueren y Las Puertas. Hay un total de tres puertas conocidas por los humanos.

La puerta que conduce al mundo mortal, donde humanos no captan ningún tipo de contacto sobrenatural, claramente hay excepciones.
La puerta que conduce a Natian, toda clase de expresiones sobrenaturales se muestran. Alquimia, hechicería, magia blanca y negra, demonios, almas que pueden vivir fuera de un cuerpo y quien sabe que otras cosas.

La puerta al infierno.

Pero los humanos solo conocen estas tres puertas, también hay una puerta que lleva al cielo, pero esa solo se abre desde adentro y solo hay un solo ser que puede hacerlo.
La puerta al pasado, es curioso que exista, pero que sea prohibido utilizarla. Serian solo desastres al tratar de mover hilos de lo que ya esta tejido, podríamos  hasta nuestra misma existencia.

El Dragón vive en un lugar tan apartado que solo uno que otro se lo ocurre la idea de tratar de llegar hasta él. Pero lo hicimos, la traición se dio y él nos castigo.

-¿El Rey? –Lilith se había perdido entre todas esas palabras.
-Esa cosa que me vigilaba antes era un hombre, fuerte y apuesto señor de vastas y verdes tierras.
-Es como si lo recordará, pero es imposible…
-Laiath –pronuncio interrumpiendo Morrigan –ese era tu nombre en ese entonces, tu Moulin, Erzebeth y yo tratamos de obtener el poder del Gran Dragón, pero a las orillas del lago del agua de la sabiduría Erzebeth nos traiciono. El dragón que todo lo sabe nos vio e infundio un castigo en nosotros. Trate de salvarte de eso, pero solo logre atrasar quinientos años. A ti y a mí nos condeno a guardar las lleves de las tres puertas conocidas por los humanos. –Morrigan detuvo su relato y miro a Lilith.
-No… no puede ser. ¿Erzebeth? ¿Qué paso con ella?
-Ella alcanzo a tocar esa agua sagrada que buscábamos y logro huir antes, se llevo el alma de Moulin consigo. Con ese poder convirtió al pobre en eso.
-¿Cómo lograron atraparla?
-Desconozco quien y en qué momento le sacaron el alma del cuerpo y la tiraron al Bosque Oscuro. Pero cuando salió de ahí logro entrar a un cuerpo que aún tiene otra alma.
-Dices que… Erzebeth  tomo el cuerpo de la madre de Celilia y August –Lilith parecía nerviosa solo de escuchar –un momento… has dicho que me salvaste ¿cómo?
Morrigan cerró los ojos suavemente –Antes de que el poder fuese dividido entre las dos yo te empuje por la puerta del mundo humano, por alguna razón el mundo completo se adapto a ti. Padres, amigos una vida entera se formo para ti ahí. Pero el tiempo no transcurre igual entre ambas puertas, acá pasaron años y tu apenas llevabas meses ahí viviendo una vida tan sencilla. Hasta que un día por error tus ojos vieron a la shinigami.
-No puede ser… no ¿mis padres? ¿mis amigos? ¿todo eso es creado? –las lagrimas humedecían los ojos de Lilith.
-No sé el por qué de todo eso, tampoco podía hacer contacto contigo, pero Hikari si lo logro, aunque eso no era lo planeado.
-Entonces ahora tu… y yo debemos –no sabía realmente como debía terminar la frase.
-Te pasaré todo mi poder a ti, yo tomaré tu lugar y tu el mío, la vida que llevas yo la tomaré. Tus vivencias se transmitirán a mis recuerdo y los míos a los tuyos –le tomo las manos –tú serás la que decida quien pasa de lado a lado y cuando el Dragón hable tu escucharás lo que diga.
Lilith ya estaba llorando –no sé si yo pueda, nunca he sido muy útil aquí y ahora pides que tome tu lugar Morrigan –ya casi no podía pronunciar se ahogaba entre su llanto –no… co…prendes no soy la Laiath de ese entonces.
Morrigan le abrazo.
-Siempre serás Laiath, la chica que le temía a todo, pero al final resultaba ser la más valiente.

Una luz comenzaba a desprenderse a Morrigan, ella se separo un poco de Lilith y le miro con cariño.
-¿Estas lista? –inclino su cabeza hacía un lado y entrecerró los ojos –ya no me siento bien, me siento terrible hermanita.
-Lo haré –se secaba las lagrimas con el brazo derecho –Tomaré el mando.
Sujetaron sus manos, el dragón marcado en la mano de Lilith se movió al brazo de derecho de Morrigan que sujetaba la mano derecha de Lilith. Todo alrededor se volvía más blanco de lo normal y cuando menos se percato estaba rodeada de Nueve puertas. Reconocía dos de ellas pues las había estado travesando.
-Aquella de ahí elaborada con hierro, es la puerta al infierno –señalo Morrigan, la de allá es el pasado –indico, una puerta que parecía estar siendo comida por las termitas y que con una simple patada podría ser derribada –no te confíes, si se intenta tocar sin el permiso te vuelves parte de la puerta. No debo explicar más nada lo demás sabrás poco a poco.

Lilith fue perdiendo el conocimiento lo último que vio fue el rostro de su hermana Morrigan sonriéndose.

Sentía que caía por un abismo, pero no le importaba, se sentía tranquila, era como si recordara de la nada todo lo que había sucedido en aquel entonces.