martes, 7 de enero de 2014

*Anima* Capítulo #22 "Un paso al pasado"

"Me siento tan ligera, mis pies se están despegando del suelo, pero aún así hay una cadena que me ata a la realidad. Más de aquí no puedo avanzar, ¿vendrás a soltar mis cadenas?"



Celilia subía por unas angostas escaleras, echo una mirada sobre su hombro derecho. -¿Crees que aún la tengan aquí? -su pregunta reboto en las paredes del sitio.
-Puedo oírla, esa sensación de locura que llevo cuando ella anda cerca me esta carcomiendo. -Hikari la seguía más atrás sus ojos marrones investigaban por todos lados. -Hace algo de frío en este lugar.

La brisa corría por la circular habitación mientras subían las estrechas escaleras, era bastante extraño, la sensación de que algo poco agradable estaba al final del camino se hacía cada vez más grande. Un ruido perturbador se escuchaba y en eso un grito.

-¡Morrigan! -en unisono ambas shinigamis gritaron el nombre. El cuidado se perdió y comenzaron a subir esas escaleras lo más rápido que pudieron. La puerta estaba abierta, en la mitad de la habitación el trono con la chica encadenada. Sus cabellos sucios le tapaban el rostro, pero era claro quien era. Al rededor un campo poco confiable, irradiaba una tenue luz morada y las tenebrosas sombras levantándose.

-Ni lo intenten de esa forma tan sencilla -exclamo Morrigan con voz frágil. -Deben cortar las cadenas... y ya yo misma lo he intentado. No ha dado resultado.

-¿Qué podemos hacer? -murmuro Celilia a Hikari. -No sé si quiera si deba acercarme a ella.
Hikari dirigió su mirada a lo más alto de la habitación -¿Qué es eso?
-Mediante este ser me tiene controlada, él estaba el día que las reglas se rompieron por completo. Él ya solo es parte de Erzebeth... -una tos enferma interrumpió la oración.

-Es hermoso verlas aquí reunidas, creo que debemos hacerlo más grato. -Erzebeth apareció detrás del trono donde se encontraba Morrigan.
-Grato es ver que das la cara. -Hikari respondió desenvainando la espada izquierda.
-Cálmate, Hikari. -Celilia puso su mano sobre la de Hikari.

La calma duro poco, Erzebeth levanto sus brazos y una oleada de energía las lanzo por la puerta rodando por las escaleras. Bajo dos escalones y las miro. -Ella no se va hasta que pase su poder al mio. Así de fácil. -bajo dos más. -No pueden cambiar el destino, ni tu querida hija me vas a hacer cambiar de opinión.


La velocidad de los movimientos de Erzebeth no había podido dejar desenvainar a Celilia y Hikari estaba ya bastante maltratada. -tsk... no puede ser. -balbuceó Celilia.


-No puedes estar ahí solo sentada, debes tener la frente en alto y tomar responsabilidades en esto -una suave voz hizo reaccionar a Morrigan. -¿Me estas ignorando?
-¿Por qué no muestras la cara? -Morrigan sonrió levemente, le dolían los músculos de la cara como para demostrar la felicidad que realmente sentía.
-Me da miedo que aún siga por ahí esa loca, sabes que yo estoy de más en este mundo. -la chica se asomo poco a poco.
-Bien, ven y liberame... Lilith.
La chica se mostró frente a Morrigan, le acaricio la mejilla, tratando de limpiar el rostro de la chica de cabellos grises -No sé si sea correcto que esa cosa de allá arriba nos este mirando.
-No hará nada si Erzebeth no se lo ordena. -trato de tranquilizar a la cazadora
-Bien, si tu lo dices... -tomo una de as cadenas, la que sujetaba el cuello de la guardiana y la apretó ligeramente con sus manos pálidas. Se comenzaron a deshacer y se deslizaban como arena entre sus dedos.

-La otra mitad -se escucho en el aire con voz tenebrosa. Distrajo a Erzebeth que tenía por el cuello a Hikari, y a Celilia en el piso. Las tres reaccionaron, pues sabían de que se trataba.
-Así que ustedes dos eran solo una distracción... jajaja, no puedo creer que caí en este truco tan bajo. -apretó el cuello de Hikari y la soltó. Si figura se desvaneció de los pies de la escalera donde libraban la batalla.
Pero tarde para Erzebeth, la puerta de Morrigan había sido abierta y un paso de escapar estaban -¡Moulin no permitas que se vayan! -grito Erzebeth. La figura siniestra arriba comenzaba a moverse, bajo la hoz que tenía en sus manos y la agito, pero de nada sirvió. La puerta se cerro.

Estaba oscuro, pero pronto las velas del candelabro se encendieron, -yo... yo... ¿cómo?
-No debes preocuparte, ahora compartimos el alma completamente, ¿aún no lo recuerdas? -Morrigan la abrazo -pero tampoco es tiempo de que te lo cuente todo.
-¿De qué hablas? ¿Tu otra parte de alma? -Lilith no entendía bien la situación como de costumbre, pero por alguna razón sabía que hacer.


-uuh, se te escapo, que lastima. -rió picaramente Celilia
-Creo que es algo lenta ¿no crees? -Hikari entro por la puerta detrás de Celila.
-Ustedes dos, son unas malditas... ¡MALDITAS!
-Momento de ponerse serias Hikari -hablo Celilia con un tono de voz algo más dominante.
La marionetista dejo caer dos hojas verdes de cada lado y entre una pequeña explosión dos marionetas totalmente iguales a Hikari aparecieron y la misma invocadora desapareció en el acto.


"Nada de esto debió pasar, es un error del pasado que debemos remediar los que aún estamos, en vez de repararlo lo hemos agravados más y más."


Cuatro personas montadas a caballo seguían el sendero, no había más camino que ese. Un rey, Moulin señor de las tierras Azul y Rojo, territorio basto y hermoso. Morrigan, señora del bosque bajo guardiana de la paz entre los árboles, Laiath hermana gemela de Morrigan, dama guardiana de la montañas nevadas y Erzebeth, señora del lago. Un camino largo a la cueva de la verdad, donde las aguas de la sabiduría corrían sin límites algunos. ¿Cuál es la verdad en este pequeño recuerdo que vaga en la mente de Lilith?












¡Holaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
No me maten, sean buenos. :D Volví con más capítulos de *Anima* y con el final de las historia, ooh si.