miércoles, 21 de enero de 2015

Enamorando a mis Propios Demonios ~ Noche 6

Nota:

¡Hola! Sé que este capítulo ha demorado muuuuucho más de lo normal (lo sé, lo sé suelo dejar las cosas sin terminar en este blog) pero tengo una buena justificación, y la quiero dejar antes de que prosigan con el capítulo correspondiente.
Sucede que yo como, me gusta ir al cine y me encanta comprar ropa y gastarme el dinero en chucherias ¿qué tiene que ver eso? bueno, verán todo eso se consigue con dinero, y el dinero se consigue de dos formas, Legalmente trabajando o ilegalmente vendiendo drogas. Y pues las drogas en este mes.. digo, digo... que me he conseguido un trabajo. Sí, su escritora favorita xD se ha conseguido un empleo y el horario en bien cabrón (horario rotativo) además que me debo levantar muy temprano y llego muerta a casa. Ya tenía el capítulo escrito, pero cuando corregía lo leí y no me gusto nada(era una mierd....), ya que escribía muy cansada. He logrado sacar las fuerzas, mi séptimo sentido y meteoro pegaso para poder subir este cap. Aún estoy buscando la forma de organizarme para continuar como lo hacía, cada dos semanas subir como era costumbre.

PD: Será un poco más corto, ya saben, blablabla chiquirismaquiris.
Nos leemos a la próxima, no estoy muerta.

PD de la PD: Les dejo un dibujito mio de Audrey y Claude, lo sé, no soy tan buena dibujando, pero hago lo mio <3





Teoría de Cuerdas


"Somos partículas todas unas al lado de las otras ordenadas, cuando una vibra, esa vibración la transmite a las demás, conectando a todas de una forma u otra. No existe la casualidad, solo somos partículas conectadas vibrando a cada rato."


El tiempo transcurrido desde el incidente en aquella azotea de ese lugar parecía ya pasado distante, cuando apenas habían transcurrido escasos dos meses.

Sentado en la mitad de la habitación que hacía de estudio Claude, una melodía suave, de cuerdas que hacía fricción contra el arco. Notas dulce de un violín hacían eco una y otra vez en aquellas cuatro paredes.

-¿Por qué tan triste? -la voz ronca no molestaba para nada con el ambiente tranquilo que aquella canción tocada a cuerdas montaba.
-¿Triste? ¿por qué lo dice? -Claude hablaba con voz muy baja.
-Es una melodía muy bonita, pero muestra mucha tristeza.
Soltó una ligera sonrisa -aprendí a  tocar el violín por mi padre, decía que me iba a servir en un futuro, aún no sé de que, pero no he dejado de practicar nunca. Me he estado aferrando a muchas de las cosas que él me dijo antes de...
-Dígame, ¿ya hablo con la señorita hoy?
-No llego anoche, y su teléfono como de costumbre sale apagado -bajo el arco al mismo tiempo que el violín -estoy preocupado, no te engañes. El corto tiempo que he pasado aquí junto a ella, no sé. No quiero dejar que le ocurra algo, aunque creo que es lo mismo que ella esta pensando.
-No sienta que para ella es un compromiso con el señor Evan, de verdad la señorita desea que usted este a salvo.
-¿Conociste a mi padre... Evan?
-No, pero he escuchado bastante de él.

Se levanto rápidamente del suelo y miro a su lado, donde estaba un sofá marrón, reposando en el un par de cuadros, y a un lado en el piso, otro cubierto con una tela blanca.
-¿El concurso aún va? -dijo recordando la razón por la cual llego ahí.
-Aunque no lo crea, sí. Y ella ha avanzado bastante con el cuadro, más de lo normal aunque parezca poco.
-Snow -murmuro para si mismo.



La brisa marina golpeaba los rostros de todos fuertemente, el cielo gris  decía tormenta, pero los pescadores decían normalidad. Los barcos en el muelle descargaban mercancía. Bajando de uno de ellos un hombre alto, de cabellos largos negros ensortijados fumaba lo último de un cigarro.
-Horrible clima tiene este infierno de país -comento tirando la colilla al suelo y pisándola levemente con el zapato derecho.
-El objetivo no se ha movido en bastante tiempo, podremos llegar rápido y realizar la misión sin problemas señor -detrás del primer hombre venía una chica de piel muy blanca, casi como la de Claude, sus ojos marrones muy oscuros daban la impresión de ser negros, su cabello no se dejaba ver, ni uno solo. Vestida con un habito blanco con rayas muy bien detalladas en los bordes de color lila.
-Siempre tan apresurada Vanessa, debemos movernos en sigilo o la iglesia sabrá que llegamos antes que ellos.


Le Parapluie~

-La verdad me siento bastante desanimada -se recostó del escritorio con cara de drama -y tengo encima de todo, un malisímo presentimiento.
-Vos eres un poco tonta por ratos, ten mucho cuidado -sentada desde el otro lado del escritorio justo en frente la mirada penetrante de la mujer trataba de descifrar lo que realmente pensaba la chica.
-Sabes, yo creo que muchas de las pistas que buscamos están en Francia. Evan estuvo mucho tiempo ahí escondido, yo no he podido regresar y Gustav no ha podido hacer movimientos muy claros.
-Audrey, tengo información de que un grupo mandado desde la cede en Francia ha llegado a Panamá. No creo que busquen más nada ni nadie que ha ti.
-Mi bella Ariza -la miro con ojos más serios -cuida de Claude si me llega a pasar algo.
-No digas tonterías y cuídate -le quito la mirada -ahora que lo recuerdo -le paso un papel amarillo con algunas letras en el, en tinta roja -si tienen suerte podrán hallar el cuerpo poseído de Josephine en esta dirección hoy mismo en la noche.
-¿Cuerpo poseído? ¿desde cuándo acordamos llamarle así? -tomo el papel y lo abrió ligeramente del dobles -interesante Ariza.
-¿Pasa algo? -cuestiono la mujer mientras se ponía el cigarro en la boca.
-Evan repetía mucho algo de que no existen las casualidades... la teoría de las cuerdas... no fumes frente a mi, me enferma ese olor.
-Todo esta conectado, moléculas vibrando. Curioso que un presbítero hablara de teorías científicas.
-Aún no logro ver con exactitud como esta todo conectado, pero -sonrió ligeramente -sé que lo esta -saco el celular de su bolsillo y lo encendió, espero unos minutos antes de decir cualquier otra cosa.


-¡Rupert! -hablo con alegría.
-¿Audrey? ¿dónde estabas metida? te había estado llamando toda la noche anterior -la voz ronca del otro lado del teléfono regañaba.
-Tranquilo abuelo, hoy a las 10 en el muelle del mercado -solo dijo.
-Entiendo, llamaré a Bastian.


"Siempre veras ese pequeño hilo que esta amarrado a todos, si lo sigues te darás cuenta que tan conectadas algunas cosas están. Ten mucho cuidado, pues podrías enredar ese hilo aún más de lo que ya esta con el de alguien y apegarte demasiado".

Las palabras no salían de su cabeza esa noche, no sabía con exactitud por qué recordaba eso, pero no podía dejar de pensarlo.
Claude caminada al lado de Audrey, la cual llevaba en su mano derecha el bastón, la tomo de la mano izquierda.
-¿Pasa algo? -pregunto la chica sin dejar de caminar.
-Enredo nuestros hilos -la miro buscando que reaccionara a lo dicho. La chica se hecho a reír.
-Ya lo están bastante, por si no te has dado cuenta.
-¿Si sabes de lo que hablo?
-Creo que Evan nos enveneno la mente a ambos ¿no?

-Dejen de andar romanceando y muévanse -atrás de ellos caminaba a paso apresurado Bastian.
-Envidioso -soltó Claude.
-¿Qué? -el comentario no lo entendía, pero le causaba molestia.
-Yo si puedo tomar de la mano a Audrey.
-Calla chiquillo, que ni sabes como se llama ella realmente y estás de tonto.
-Eso no quita que aún la puedo sujetar de la mano -la discusión parecía un juego de niños.

-Los dos, basta -dijo aún riendo Rupert -debemos ser precavidos, la última vez no nos fue muy bien.
-Es cierto, debemos tomar esto con más seriedad. La próxima podría alguien no salir vivo -Audrey miro alrededor -algo va a pasar hoy.
-¿Algo? bueno o malo... -pregunto Bastian.
-Eso es lo que no logro saber y me preocupa.





-Señor. la tenemos localizada.
-Deben traerla viva -la voz mostraba felicidad.
-¿Los demás?
-No me interesa, pero que no los sigan.
-Entendido.
Colgó la llamada.

-Chicos las ordenes son claras. No debemos intervenir con los demonios que aparezcan, nuestra única misión es traer a la chica viva con nosotros. Los otros pueden ser estorbos, no importa si viven o mueren, pero que no nos sigan.
-¡Entendido! -al unisono los otros tres chicos respondieron.