sábado, 23 de febrero de 2013

*Anima* Capítulo #3 "El Regreso"

 Dentro de un habitación, de techo alto, con un enorme candelabro alumbrado con velas ya casi gastadas, pareces sin ventana alguna, en el centro una alargada mesa de caoba, tallada con dragones y flores, cinco personas sentadas del lado que daba hacía la pared. Dos mujeres, una rubia y la otra de pelo casi blanco, al mayor que la rubia. Tres hombres, en el centro uno muy mayor, pero de apariencia energética, quizá unos setenta años.

-Debes traerla de regreso, han sido asesinados cinco shinigamis, y ella no se reporta desde hace varios meses. Sabemos su ubicación. Sólo tienes que ir allí de paso te encargas de algo más. -dijo uno de los hombres.
-Cerca de Azul, si no me equivoco. -termino de agregar la señora de cabellos cortos blancos.
-Se reunirán a los shinigamis que siguen con vida y se nombraran nuevos. Si cumples pensaremos lo de tu castigo -hablo el hombre más anciano, parecía ser el de más rango y autoridad. El hombre recostaba su rostro sobre sus manos, sus codos apoyados sobre la gran mesa. Su expresión mostraba algo de preocupación.

En frente de la mesa, en el centro de la habitación, estaba un chico, cabellera larga hasta su espalda baja, sujetada por varias tiras de color rojo, rubio, sus ojos con algo de brillo dejaban ver el azul que escondían entre la oscuridad de la habitación. En el rostro pálido se le dibujaba una picara sonrisa. Estaba cubierto por una capa negra, sucia de sangre y gastada abajo por el arrastrar. Las manos vendadas hasta los codos. La espada casi y se notaba, pero llevaba con él una.
 Hizo una reverencia y se dio la vuelta directo a la puerta de salida.

-y recuerda, debes traerla VIVA de vuelta a la organización. Hikari debe estar viva aquí.

En el rostro del chico se grabo perfectamente la sonrisa macabra que trataba de esconder.


+En algún lugar de Natian+



-debes procurar no levantar sospechas, eres mis ojos dentro de ese mugroso lugar -decía una mujer con cabellos tan oscuros como sus ojos, negros. Mientras una de sus manos recorría la mejilla a la chica a quien le hablaba.


-lo sé mi señora, no se preocupe por eso. -respondió la chica.

-Yo voy a apoderarme y controlar este lugar pronto, me vengaré y sentirán algo más que venganza.
La mujer se levanto y miro al otro lado de la habitación. -Necesito que cooperes mi querida Morrigan.

Atada con cadenas que tenían escritos por todos lados, sentada en una especie de trono se hallaba la pequeña chica.

Levanto la cara y miró fijamente a la mujer.
-Erzebeth, no sé que quieres además de saber como forjar las llaves, pero no voy a... -fue interrumpida por la mujer de cabellos negros
-Ni se te ocurra, jamás te irás de aquí hasta que me digas, además yo no tengo tanto tiempo. Si la chica llega a recordar algo... no, no... -rió de forma horrorifica.
-mi señora debo irme, regresaré tan pronto como pueda -interrumpió la chica más atrás.
-esta bien mi pequeña.




+Valle de Lucciolle*+




♪La cara se le rompió, tal y como su corazón, lloró, llovió y en un mar divago, pero jamás pudo encontrar su alma que ya perdida estaba, bailemos este vals, donde la sangre carmesí... laralara laaara

El grito desesperado y de dolor de un hombre bañado en sangre interrumpió la melodía.

-¡BASTA! deja de cantar, eres una maldita loca, ya mataste al Oni*, ¿por qué nos matas a nosotros? acaso no es que los shinigamis no matan humanos.

La chica llevaba puesta la máscara en el rostro, vestía un kimono negro, corto, el cabello recogido de forma sencilla, rubio claro. No traía consigo una espada, si no una hoz, larga y negra, afilada y manchada de la sangre de todos los cuerpos dejamos atrás.

-No estoy segura, era uno, ¿un solo oni? pero... aún podrías ser tu el oni. -por fin habló y todo lo dijo con evidente sonrisa, aunque el rostro no se le veía.

-¿QUE COSAS DICES? -le grito el hombre. La escena alrededor era macabra, muchos cuerpos sin vida, decapitados, ni uno solo tenía el alma, además el oni había sido quemado.
-¿Kurio? -llamó la chica -¿Tienes aún hambre? -la chica ignoraba los gritos e insultos del hombre en el suelo. Hablaba con alguien más.

De la sombra de la chica de cabellos rubios se levanto una figura, fue tomando forma humana, pero fue transformando de nuevo la figura, hasta que fue definitiva su forma, un lobo, de pelaje blanco y unas cuantas manchas en negro.


-ya veo, entonces deseas esta tambíén .dejo de mirar al lobo y enfoco su mirada al hombre. Levanto la hoz y cuando iba a agitarla el hombre volvió a hablar

-NO, NO, BASTA TE HE DICHO, TU PIENSAS DARLE MI ALMA A ESO, NO... NOOOOO.



+Cerca del Lago Svet+



Después de vagar por varios días con Hikari, Lilith sentía que se le iba a olvidar como hablar, ya que la shinigami se limitaba a hablarle, solo en caso de ser necesario, la expresión seria le causaba algo de temor. Podría ser que la chica escondiera algo muy oscuro o simplemente nada.

-aaafff... deberíamos descansar -propuso Lilith
-uumm, podría ser. Aún no sabes como usar la llave, pero piensas en descansar. Esta bien. -la chica parecía algo más relajada.
Después de todo, cada vez que Hikari cazaba algún monstruo le daba el alma a Lilith para que esta alimentara al dragón.
-¿a dónde van las almas que devora el dragón?
-Se supone que él las purifica, y las deja reencarnar el algo sano la próxima vida.

En lo que conversaban tranquilamente, y era en realidad su primera charla concreta, fueron interrumpidas por un Fenir*, que sujeto a la Lilith por el cuello con sus garras y poco a poco perdía el conocimiento. Hikari desenvaino una de sus espadas y le gritaba a Lilith, pero esta apenas y podía distinguir ya las cosas. De pronto vio una resplandeciente luz..


-¡LILITH! POR FAVOR RESPONDEME, LILITH... -gritaba el nombre con desesperación.

-ya esta abriendo los ojos, mira ya casi. -agrego el chico
-dónde... qué paso... -intento levantarse, pero le dolía el cuerpo -miró bien quien la sostenía -espera, ¿QUÉ? ¿cuánto tiempo llevo aquí tirada? -Lilith no sé explicaba nada
-¿Cuánto? pero que dices, te acaba de arrollar un carro, estas tan mal así -dijo el chico
-no, no, pero si yo he estado viajando como una semana aproximadamente.
El conductor del carro estaba aterrorizado, ya pensaba que realmente había dejamos mal a la chica. En lo que pasaba la confusión les interrumpió alguien.
-Párate, y vayámonos de una vez, ya estas aquí y eso es lo que importa. -Era Hikari quien parecía algo feliz que al fin la chica usara la llave, le extendió la manos y Lilith la acepto levantándose del suelo.
-Lo siento señor -se disculpo con el hombre del carro -y lo lamento amigos, pero es urgente que me marche ya.
Dejó atrás a todos confusos y preocupados, marchándose con Hikari.










Algunas aclaraciones:


Lucciolle: luciérnaga en italiano.

Oni: Mitología japonesa. demonios que pueden tomar la forma humana y poseer personas.
Fenir: Mitología Nórdica, lobo gigante.

Saben, dije que el domingo, pero si esta listo antes se pone antes (no se acostumbren e.e) Espero que les guste, estoy arreglando y todo para que empiece a saberse la historia en concreto. Poco a poco.
Dejen sus comentarios para esta pobre escritora frustrada que desea saber que piensan.


domingo, 17 de febrero de 2013

*Anima* Capítulo # 2 ¿Conoces a un Shinigami?

 Unas horas después, cerca del atardecer, Roney y seguido a escondidas de Lilith se acercaba a un riachuelo a las afueras de la ciudad Azul.

-desde hace días no te separas de este lugar, acaso ya encontraste lo que buscabas... -exclamó Roney
-No es de tu incumbencia, además... ¿acaso me sigues? sabes bien que mi misión es mantener este lugar vigilado, es todo. -Sentada a la orilla del riachuelo, estaba la chica, sin máscara y con su largo cabello recogido, dándole la espalda a Roney.
-Tus ropas son parecidas a las de la chica que llego, ¿amiga de la cazadora? -pregunto Roney
-¡eso! es solo una coincidencia, creo haberla visto antes.
-si sabes que esa chica no sabe ni como llego aquí, Natian es un lugar de misterios y más para ella.
-tsk -se levanto y lo miró. -Roney ¿a qué vine esto? pretendes que la ayude.
-ella habló con Morrigan... -con esto capto la total atención de la chica -sé que puedes...
-¿Ayudarme? -Lilith salió de entre los arbustos algo extrañada y con hojas en el cabello -lo único que pido es regresar.
-Ella tiene una llave dada por Morrigan, pero no sabe como usarla -agrego Roney
La chica castaña quien ya se marchaba, miró sobre su hombro -¡Llave has dicho! ¿te dio una llave?
-Pues... sí
Pensó unos segundos y al fin pronuncio algo -esa bien, sé que es extraño que Morrigan haya hablado con alguien como tu, pero te ayudaré con todo y que eres cazadora.
Bueno decidido, Lilith irás con Hikari -Dijo alegremente Roney
-¿Hikari?
-Sí niña, me llamo Hikari, y salgo mañana temprano, si vienes aquí mañana en la mañana. -se dio la vuelta y se marcho.


-Shinigamis, deidades de la muerte, una descripción muy tradicional y de la cultura, ella realmente no es shinigami, ni puede decidir cuando y como cortar el hilo de la vida de alguien, ni anota los nombres en un cuaderno, pero son llamados así a los diez mejores asesinos de la "Orquídea Lóbrega" . Generalmente anda por estos alrededores, oculta su cara como los diez shinigamis y odia a los cazadores. Pero ella es algo distinta, Hikari lleva al parecer un buen rato sin responder a la organización. -le contaba Roney a Lilith
-¿Orquídea Lóbrega? -dudosa como siempre la pelinegra -¿cómo la consiste? -cada vez hacia más y más preguntas.
-debes de ir, ella esta buscando desesperadamente a la guardiana de las puertas. -la mirada de Roney se marcaba seria. -descansa, mañana sera un día muy largo.


A la mañana siguiente.

Tocando la superficie de aquel riachuelo, se encontraba la shinigami, la mirada perdida, en su cintura dos espadas, una a cada lado. También llevaba en la cintura una máscara. La cara de nostalgia que desprendía la chica llegaba hasta Lilith, le causaba una sensación extraña, la misma sensación que tuvo el día que la vio la primera vez.

-llegaste... entonces deberíamos irnos ya... -apenas y pronuncio Hikari -ahora lo que que sigue sera mucho más real, nada lindo verás, así que desde ya debes saber que entre más rápido descubras como es que hablaste con Morrigan sera mejor. -se levanto y le hizo un gesto con las manos para que se acercara.
 -yo sé... yo sé que quizás no sea de tu agrado viajar conmigo, pero te pido que tomes en cuenta esta marca en mi brazo y...
-no necesitas decir eso, te recomiendo que la vendes, porque no son de desagrado solo para los shinigamis los cazadores.

Se despidió de Roney, y este lo hizo de ella con una enorme sonrisa, le murmuro algo al oído antes de dejarla ir.

-debes ablandar ese corazón vacío. -luego miró a Hikari -tu, cuida a esta niña y deja de ser tan gruñona.

Desde ese momento Lilith dejo los alrededores de Azul, acompañando a una chica llena de misterios, solo para resolver las palabras de Morrigan. "Liberar las almas que realmente necesitan ser liberadas".















Como mil intentos para subir esto!! Pero ya esta, lo subí.
Este es el capitulo dos (o lo que era parte de el, hasta que decidí que lo que seguía era mejor ponerlo en el siguiente)
Disfruten y déjenme saber si les gusto.

domingo, 10 de febrero de 2013

*Anima* Capitulo # 1


 Por más oscuro que pueda ser tu pasado,  por más terrible que se vea el presente no debes dudar en avanzar, seguir adelante, para pasar lo malo.
 Esta historia puede que empieza por la mitad, no es el principio, porque desde donde les empiezo a narrar no comienzan las situaciones, pero comenzare desde aquí ya que parece un buen sitio para darle inicio.

Lilith Hanzel, una chica de quince años, de piel clara, cabello negro largo, hasta la mitad de la espalda, ojos chocolates oscuros. Saliendo del colegio, sintiéndose distraída y algo extraña durante toda la mañana iba siendo apresura por otros dos chicos.
-Podrías apresrarte Lilith, no tengo todo el día... -decía algo ansiosa la chica.
-lo lamento, he estado distraída el día de hoy, ya vamos, además la heladería no iré a ningún lugar -respondió Lilith algo molesta después de ser sacada de su trance por los tirones de su amiga.
-Ya déjala, siempre es así y hoy esta peor -riendo agregaba el chico que las acompañaba. De cabellos alborotados marrones, mediano en estatura y sonriente.

Entre las quejas y regaños Lilith miró fijamente a una chica al otro lado de la calle, esta de pie mirándola también, pero lo que le preocupaba a Lilith no era tanto la mirada clavada de la chica, si no que al parecer nadie notaba la presencia de la chica, que en sus manos llevaba dos espadas.
Por más que la miraba no podia entender que hacía aquella chica con dos espadas en mitad de la ciudad. Además de llevar uniforme escolar puesto, el mismo que Lilith.
Sin si quiera darse cuenta sus pies se movieron en dirección de la chica,  y en lo que menos espero en mitad de la calle se encontraba, solo escucho el chillar de los neumáticos sobre la calle.

Cuando abrió los ojos se encontraba en una hermosa habitación, le recordaba mucho aquellas pinturas del "Renacimiento", todo muy bien decorado, estaba recostada sobre un sofá rojo, y a cada extremo de la habitación, sin ninguna ventana, estaban dos puertas, una blanca y otra marrón. ambas estaban llenas de cerraduras. Se levantó, examinó a su alrededor haber si encontraba alguna llave, pero le fue imposible. La habitación parecía no tener escape.

-No sabes aún cuál es tu misión y sin embargo estas parada ahí como si nada... -se escucho una voz -no sabes que hay almas que esperan que tu las liberes.
-¿qué? -volteo inmediatamente la pelinegra para saber quién la hablaba, para su sorpresa era una niña de no más de doce años, vestía un hermoso vestido azul, largo lleno de encajes. El cabello de la niña era tan blanco y largo, y su mirada platinada estaba perdida, no enfocaba nada de especifico.

-Te digo que estas perdiendo el tiempo aquí, como cazadora  de animas* deberías estar ya liberando. -respondió la niña.
-¿Animas? -desconocía la palabra, pero no le importaba mucho, lo que no sabía era por qué estaba allí.
-Soy Morrigan, guardiana de las puertas de ambos mundos, te he llamado porque quiero que me hagas un favor, y la vez yo te haré uno.
-¿Favor? no estoy entendiendo nada
-La marca que llevas en el brazo izquierdo...
-¿Marca? te refieres a la mancha que.... -Lilith desde pequeña había tenido en su brazo izquierdo algo similar a un lunar, algo más claro que el color de su piel, muchos de sus amigos le decían que parecía un dragón, para ella ni era más que una mancha irregular. Pero ahora eso ya no era una mancha sin forma. -¿cua...cuándo? no, no... esto no estaba así.
La marca en su brazo era ahora un perfecto tatuaje de un dragón blanco.
-Cuenta la historia que "El Dragón Blanco" que devora las almas y restaura el ciclo pide a cambio de la liberación del cazador mil almas. Tienes esta vida y las que siguen para cumplirlo. Pero yo te pido la liberación de las almas que verdaderamente lo necesitan.... Busca el camino, yo por ahora solo te dejo esta llave, abre ambas puertas y podrás entrar y salir de ambos mundos cuando lo desees...
-pero... ¿mil qué? -tomo la llave y la observo -no crees que deberías de explicarme un poco más, ¿acaso estaré soñando? -miró a la puerta blanca y observó las cerraduras -pienso que la blanca no es, quizás sea la... -al darse la vuelta hacía la otra puerta se encontró sola en la habitación, la chica llamada Morrigan se había marchado
-Asumiré que es la marrón, pues es el color más común en las puertas -se acerco a la puerta y observo detenidamente, por quince minutos no apartaba la mirada de aquella puerta. -esta bien, ya he decidido... será científicamente... de tin, marí de dos...
Puso la llave en una cerradura dorada, el mismo color de la llave, giró y dio dos pasos.



Y solo eso pudo dar, pues el piso se le acabo y a un abismo cayó. Estaba en medio del cielo y directo a las ramas de un árbol fue a dar. No le fallo a ni una sola rama al caer, pero su aterrizaje no fue al final tan doloroso pues cayó sobre alguien. Pero antes de mirar sobre quien había caído se noto rodeada de lanzas y armas punte-aguadas.

-¿Cómo se atreve? Levántese y pongas sus manos donde las podamos ver. -le grito uno de los hombres.
-¡Ah! no, no... qué... -no pudo terminar cuando nuevamente le gritaron.
-¡QUE TE LEVANTES HE DICHO! -volvió y recalco el hombre ya enfurecido y apuntando con la lanza.
-¡hey! no debes gritarle así a una jovencita -dijo una voz bajo ella. -es de mala educación. ¿Cómo vas a conseguir pareja así? -reía mientras comentaba.
-se...señor.. -apenado el guardia
-aaah, lo lamento, yo no quise caer sobre usted -repetía las disculpas una y otras vez Lilith
-No debes preocuparte, pero podrías levantarte.
El hombre era alto, cabello negro azulado y de ojos cafés le sonrío. -Ya veo que de por aquí no eres, luego miró el brazo izquierdo de Lilith -pero es un placer que una cazadora nos caiga del cielo.
-pues... yo solo hable con esa chica, luego me dio la llave, y la puerta y ahora estoy aquí...
Luego de varios minutos de explicación por parte de Lilith.

-Ya veo señorita, has hablado de la guardiana de las puertas, Morrigan. También de que eres una cazadora de monstruos y no lo sabías, la verdad tu impresión lo hace notar. Creo que te voy a creer. -otras vez le sonrío. -Bien yo soy Roney, dueño y señor de las tierras de la región Azul. Esto es Natian el mundo detrás de la puerta caoba.

Mientras le mostraba aquel lugar y sus largas llanuras, con árboles frondosos y a lo lejos lo que parecía un bosque, caminaban hacía el palacio de Roney.
 -Los cazadores como tu llevan la marca del dragón por nacimiento, no escogen serlo, pero es un orgullo, según ellos. Cazan las bestias que atacan pueblos y lo hacen gratis.
-Ya veo, pero debo decirlo otra vez, ni idea de lo que este pasando, hace un rato iba por un helado y ahora estoy aquí, en no sé donde... -su mirada bajo -y no sé como regresar.
-vaya, que problema, yo que pensaba en pedirte que eliminaras al "Urnoc" que nos ataca.
-¿urnoc? -su mirada curiosa la delataba

En eso se escucho es despavorido grito de una mujer, todos corrieron a ver. El urnoc, midiendo casi tres metros, tenía en una de sus manos a una chica. El ser de piel rugosa, verde oscura, con un cuerno retorcido saliendo de la cien, lanzaba gritos de enojo, en la otra mano sostenía un hacha con el filo irregular y gastado.

Los soldados por miedo no se acercaban, ya sea porque lastimaría a la chica o a ellos.
-Roney, ni piensas que me voy a acercar a eso -dijo Lilith con terror en la voz
-Lo sé, ni yo lo haría, pero creo que lo tendré que hacer yo -mientras desenvainaba una espada.

En un sólo parpadear, una chica enmascarada, de un salto llegó al urnoc, saco una espada y corto el brazo con que la bestia sostenía a la chica. La tomo y corrió a un lado.
Lilith la miraba sorprendida, era la misma chica que vio en la calle, pero la máscara no la dejaba ver con claridad. Una máscara blanca con lineas rojas, que al parecer eran pintadas. Mismo cabello, mismo uniforme y ambas espadas.

-ella... yo la he visto antes -señalando a la misteriosa chica.
-¿a ella? es una "shinigami" -le respondió Roney

La ahora llamada "shinigami" volvió a acercarse rápidamente al urnoc, saltó sobre su cabeza, tratando de propinarle un golpe, pero este lo bloquea y le devuelve el ataque con su oxidada hacha. La chica cayó al piso y en coro todos lo que observaban gritaron de pánico. La chica se levanto como si nada y con un movimiento aún más rápido enterró la espada en el corazón de la bestia.
Ahora los gritos de felicidad invadían el lugar, todos le gritaban las gracias a la shinigami. La enmascarada volteo y señalo con la espada a Lilith.
 -¡TU! esto es el colmo -la voz sonada molesta
-¿qué? -sorprendida respondió Lilith
 Del cuerpo del urnoc comenzó a salir una pequeña luz blanca. La shinigami bajo la espada y se acerco a la luz. La tomó en sus manos y la levanto al cielo, la luz siguió camino arriba, hasta que desvaneció, todas las miradas fijas en aquella luz no se percataron cuando la chica enmascarada desapareció de la escena.