martes, 8 de julio de 2014

*Anima* Capítulo #24 "La Guardiana de Las Puertas"

Cuatro personas montadas a caballo seguían el sendero, no había más camino que ese. Un rey, Moulin señor de las tierras Azul y Rojo, territorio basto y hermoso. Morrigan, señora del bosque bajo guardiana de la paz entre los árboles, Laiath hermana gemela de Morrigan, dama guardiana de las montañas nevadas y Erzebeth, señora del lago. Un camino largo a la cueva de la verdad, donde las aguas de la sabiduría corrían sin límites algunos. 



Es un ser que establece el equilibrio de varias cosas. Él obedece a lo que el resto de las personas le llaman “Dios”.
Cuento viven, cuando mueren y Las Puertas. Hay un total de tres puertas conocidas por los humanos.

La puerta que conduce al mundo mortal, donde humanos no captan ningún tipo de contacto sobrenatural, claramente hay excepciones.
La puerta que conduce a Natian, toda clase de expresiones sobrenaturales se muestran. Alquimia, hechicería, magia blanca y negra, demonios, almas que pueden vivir fuera de un cuerpo y quien sabe que otras cosas.

La puerta al infierno.

Pero los humanos solo conocen estas tres puertas, también hay una puerta que lleva al cielo, pero esa solo se abre desde adentro y solo hay un solo ser que puede hacerlo.
La puerta al pasado, es curioso que exista, pero que sea prohibido utilizarla. Serian solo desastres al tratar de mover hilos de lo que ya esta tejido, podríamos  hasta nuestra misma existencia.

El Dragón vive en un lugar tan apartado que solo uno que otro se lo ocurre la idea de tratar de llegar hasta él. Pero lo hicimos, la traición se dio y él nos castigo.

-¿El Rey? –Lilith se había perdido entre todas esas palabras.
-Esa cosa que me vigilaba antes era un hombre, fuerte y apuesto señor de vastas y verdes tierras.
-Es como si lo recordará, pero es imposible…
-Laiath –pronuncio interrumpiendo Morrigan –ese era tu nombre en ese entonces, tu Moulin, Erzebeth y yo tratamos de obtener el poder del Gran Dragón, pero a las orillas del lago del agua de la sabiduría Erzebeth nos traiciono. El dragón que todo lo sabe nos vio e infundio un castigo en nosotros. Trate de salvarte de eso, pero solo logre atrasar quinientos años. A ti y a mí nos condeno a guardar las lleves de las tres puertas conocidas por los humanos. –Morrigan detuvo su relato y miro a Lilith.
-No… no puede ser. ¿Erzebeth? ¿Qué paso con ella?
-Ella alcanzo a tocar esa agua sagrada que buscábamos y logro huir antes, se llevo el alma de Moulin consigo. Con ese poder convirtió al pobre en eso.
-¿Cómo lograron atraparla?
-Desconozco quien y en qué momento le sacaron el alma del cuerpo y la tiraron al Bosque Oscuro. Pero cuando salió de ahí logro entrar a un cuerpo que aún tiene otra alma.
-Dices que… Erzebeth  tomo el cuerpo de la madre de Celilia y August –Lilith parecía nerviosa solo de escuchar –un momento… has dicho que me salvaste ¿cómo?
Morrigan cerró los ojos suavemente –Antes de que el poder fuese dividido entre las dos yo te empuje por la puerta del mundo humano, por alguna razón el mundo completo se adapto a ti. Padres, amigos una vida entera se formo para ti ahí. Pero el tiempo no transcurre igual entre ambas puertas, acá pasaron años y tu apenas llevabas meses ahí viviendo una vida tan sencilla. Hasta que un día por error tus ojos vieron a la shinigami.
-No puede ser… no ¿mis padres? ¿mis amigos? ¿todo eso es creado? –las lagrimas humedecían los ojos de Lilith.
-No sé el por qué de todo eso, tampoco podía hacer contacto contigo, pero Hikari si lo logro, aunque eso no era lo planeado.
-Entonces ahora tu… y yo debemos –no sabía realmente como debía terminar la frase.
-Te pasaré todo mi poder a ti, yo tomaré tu lugar y tu el mío, la vida que llevas yo la tomaré. Tus vivencias se transmitirán a mis recuerdo y los míos a los tuyos –le tomo las manos –tú serás la que decida quien pasa de lado a lado y cuando el Dragón hable tu escucharás lo que diga.
Lilith ya estaba llorando –no sé si yo pueda, nunca he sido muy útil aquí y ahora pides que tome tu lugar Morrigan –ya casi no podía pronunciar se ahogaba entre su llanto –no… co…prendes no soy la Laiath de ese entonces.
Morrigan le abrazo.
-Siempre serás Laiath, la chica que le temía a todo, pero al final resultaba ser la más valiente.

Una luz comenzaba a desprenderse a Morrigan, ella se separo un poco de Lilith y le miro con cariño.
-¿Estas lista? –inclino su cabeza hacía un lado y entrecerró los ojos –ya no me siento bien, me siento terrible hermanita.
-Lo haré –se secaba las lagrimas con el brazo derecho –Tomaré el mando.
Sujetaron sus manos, el dragón marcado en la mano de Lilith se movió al brazo de derecho de Morrigan que sujetaba la mano derecha de Lilith. Todo alrededor se volvía más blanco de lo normal y cuando menos se percato estaba rodeada de Nueve puertas. Reconocía dos de ellas pues las había estado travesando.
-Aquella de ahí elaborada con hierro, es la puerta al infierno –señalo Morrigan, la de allá es el pasado –indico, una puerta que parecía estar siendo comida por las termitas y que con una simple patada podría ser derribada –no te confíes, si se intenta tocar sin el permiso te vuelves parte de la puerta. No debo explicar más nada lo demás sabrás poco a poco.

Lilith fue perdiendo el conocimiento lo último que vio fue el rostro de su hermana Morrigan sonriéndose.

Sentía que caía por un abismo, pero no le importaba, se sentía tranquila, era como si recordara de la nada todo lo que había sucedido en aquel entonces.


1 comentario:

  1. He entrado de casualidad y no me lo creo, has subido capítulo de Anima wiiiiii
    Me ha encantado, Morrigan y Lilith (Laiath) son hermanas y conocían a Erzebeth, y ahora Lilith es ama dueña y señora de Las Puertas.
    Entonces Morrigan irá a la escuela por Lilith?????
    Ya quiero que sigas subiendo *se arrodilla y le suplica mientras llora* no seas mala!!!

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