domingo, 23 de junio de 2013

*Anima* Capítulo #14 "El Gato de Trapo"

¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si abandonaras algo especial?

Ese día el sol brillaba bastante a pesar de ya casi marcharse. Las aves volaban de regreso a sus nidos. Los insectos nocturnos ya cantaban, y el frío llegaba. Esa tranquilidad despedida por el ambiente fue destrozada por los lamentos y suplicas.
-¡Basta! El no es el responsable de lo que está sucediendo.
-Quita de ahí o serás su cómplice, apártate ya mismo. –El joven la miraba confuso, pero con palabras bastante firmes.
-Te he dicho que no. No me apártate, puede que él no sea alguien admirable, pero esos crimines no son su responsabilidad.
-¿El? Te atreves a llamarlo como si fuese una persona. –un hombre ya mayor atrás agregaba.

En los jardines del hermoso y pequeño castillo, ya al final de estos, se daba una discusión, de un lado, estaba Amsel, joven noble, próximo señor de esas tierras. Junto a Amsel estaba Kirch, hombre mucho mayor que el anterior, su larga barba lo hacía  ver como alguien sabio.
Al otro extremo del jardín se encontraba una chica de cabellos rubios, no tan largos ni tan cortos, ojos verdes. Escudaba a alguien más. Un lusht para ser exactos, y para acertar más esa chica no era más que Estefanía. ¿Más exactitud? El lusht era Kuroi.
Entre las quejas y las palabras, la burla y la desesperación una flecha se desprendió del arquero y dio directo en el pecho de la chica. Para sus desgracia el jardín del pequeño castillo daba hacia atrás, justo detrás de ella hacia un acantilado. Se balanceó un poco al sentir el metal en su pecho, miro a los ojos a quien le había disparado y se dejo caer, como una hoja que cae del árbol.
Este era el sueño que tenia día tras día desde el momento en el que llegaron a aquel lugar.
“Buscaba el remedio especial para ese alma, pero entre tantos frascos, entre tantas páginas y entre tantos pensamientos nunca lo encontré.”



Mientras, en el centro del oscuro bosque, un par de lamentos se encontraban. Discutían como salir de ahí, cosa que era “casi imposible”.
-Ya veras, te sacare de aquí. –Erzebeth acariciaba el rostro de un fogus.
-¿Cómo hiciste tu para salir? –esa silueta solo se preocupaba mas.
-Yo jamás fui sellada aquí, pude salir fácilmente. –respondió la mujer.
-¿y entonces como nos sacaras a nosotros? –volvió a cuestionar el fogus.
-¿Conoces a Kuroi? –la pregunta fue simple.
-Ese bastardo salió de aquí no sé cómo.
-Dicen que sabe cómo romper los sellos que impiden la salida de este lugar.
-Eso dicen…
-Además… -la sonrisa de Erzebeth se volvió tan amplia como pudo. –el hizo un contrato.
-¿El… hizo un contrato? Mientes.
-Para nada… y con una shinigami. –con esto último dejo al fogus sin palabras.




“Tengo un sentimiento de culpa, pero realmente no sé si sea culpa, tal vez solo es presión. Quiero abrazarte y olvidar eso que dices, eso tan cruel, que hace que mis sentimientos se marchiten. Quiero volar, pero me da miedo saber que no habrá nadie para apañarme si caigo. Pensé que serias tu, pero la realidad es dura, y me ha dejado moretones para recordar que no es como pensaba.”
Faltaba algo de alegría en sus palabras, quizá ya solo perdía las ganas de seguir adelante con lo que había empezado. Pensó varias veces en terminar con eso, decir que abandonaba, pero en su interior estaba la chispa de curiosidad, para saber que pasaba si seguía hacia adelante.
“La muñeca con su fino rostro de marfil,
Mira en el cristal su blanco perfil.
No son lágrimas lo que ves,
Cuenta uno, dos y tres.
Es la niña con su sombrilla en la mitad de un mar carmesí.”
Su voz resonaba en la oscuridad del pueblo, daba la sensación de miedo, pero curiosidad para aquellos más valientes.
-¿Dónde aprendiste esa canción? –pregunto Kuroi que estaba recostado en su forma humana bajo un árbol.
-Lo leí en un libro que me regalo una vieja amiga. –respondió la rubia y continuo tarareando.
-¿Cómo sabes que ese es el ritmo? –cuestiono el lusht.
-¿Cómo voy a saberlo? Es un libro. Yo solo imagine que así debía ser.
-¿De qué trata la historia? –Kuroi se sentó y la miro fijamente.
-“Había una vez una muñeca de marfil, que en su curioso mundo encontró un gato de trapo. Corrió tras él pues parecía tener el rabo al revés. Lo siguió hasta un rio de lagrimas, cruzo por el sobre hojas de escritos antiguos, que nacían a las orillas de aquel lagrimal. Entre las profundidades de un bosque logro ver a un búho parlanchín, este le dijo que contara un millón de gomitas moradas para poder llegar al gato de trapo. Aquella muñeca de marfil ya se sentía atemorizada por ambiente hostil. Prefirió seguir adelante y contar gomitas moradas, y en eso llego a una fuente de hadas. Estaba cubierta por sombrillas de regaliz. Tomo una porque al mirar al cielo noto que se acercaba una tormenta de malteada.
Conto nueve mil novecientas noventa y nueve gomitas moradas y llego al mar carmesí. En la mitad una isla, y en esa misma isla el gato de trapo. Grito: “hey gato, el del rabo al revés”, “mírame, ¿me escuchas?”, pero la atención del gato no pudo atrapar.
Abrió su sombrilla y subió a ella no sin antes tomar una vara para poder remar. Cuando llego a la isla, el gato ya no estaba, y la lluvia de malteada empezaba  a azotar. Se sentó y sus lágrimas empezaron a brotar, frustración era lo que sentía, algo que quería se volvía a escapar.  Entonces como sinfonía, triste y desolada e el fondo y acompañada una canción se escuchaba.
“La muñeca con su fino rostro de marfil,
Mira en el cristal su blanco perfil.
No son lágrimas lo que ves,
Cuenta uno, dos y tres.
Es la niña con su sombrilla en la mitad de un mar carmesí.
Perdida y angustiada piensa en que pensar,
Pero por más que lo haga no para de llorar
Acompáñala, síguela, hasta el final de este loco frenesí.”
Miro a su alrededor y todo había acabado, frente a ella el gato de trapo, y si… su cola estaba al revés. El gato de trapo acaricio el rostro de la muñeca y noto algo inesperado, el blanco perfil estaba astillado. Este le sonrió y le dijo: “para tu fortuna soy doctor, te recetare una par de cosas, y las astillas sanaran. Primero, controla tu curiosidad, limítala, pero no la desaparezcas jamás. Segundo, ten en cuenta que por más fuerte que sea tu corazón, llegara el momento que estarás en el límite de explotar, estarás atrapada en la isla en mitad del mar carmesí. Tercero, mantén la frente en alto, te astillaras sí. Pero las heridas sanan y aunque dejen marcas, es solo fortaleza de la pura. Y cuarto, Todos los obstáculos te enseñan algo. Y para terminar como muchas alegrías, para fortalecer tus sentimientos.”
Este era un gato que tenia la piel de trapo y la cola al revés, ¿Quieres que te lo cuente otra ves?”
Kuroi solo pudo sonreír al escuchar la historia. -¿Cómo algo que empezó siendo tan tétrico quedo siendo tan educativo?
-Quizá eso era lo que quería el escritor.
-Entonces… aplicaras los remedios del doctor gato de trapo.
-Parece fácil, pero todo tratamiento requiere esfuerzo.



“Parece fácil llegar a nuestras metas y sueños cuando los pensamos la primera vez, pero luego se vuelven problemas como el vaso de agua. Puede que la primera vez que lo levantes no pese nada, pero si lo sigues sosteniendo por una hora tu brazo ya se cansara, si lo sostienes por dos horas la mano se te dormirá y llegara el punto donde no podrás con el mismo vaso de hace veinticuatro horas atrás. Así son los problemas, entre más nos quedemos en ellos peor se harán.”














Hola nuevamente, después de tanto tiempo sin vernos. Espero que les guste. (A mi me gusto xD)
Recuerden un comentario hace que esta niña sonría!! 
Gracias!

1 comentario:

  1. La historia del gato de trapo me encanto, fue muy divertida y inesperada, me atrapo de principio a fin. El capitulo fue encantador; no esperaba esto para la historia de Estefania me sorprendistes y eso me gusta. Tu redacion ha mejorado, al igual que tu estilo propio.
    Espero pronto ver otro capitulo pronto.

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