jueves, 18 de septiembre de 2014

Enamorando a mis Propios Demonios ~ Noche 3

¡Estarás Protegido!




-Ya te lo dije, aléjate -le dijo en tono fuerte, autoritario. Los ojos parecían haberse oscurecidos.
En ese mismo instante las luces regresaron y los suspiros de alivio fueron sonoros entre la multitud.
-Vaya, ahora piensas que puedes andar libre por ahí. Que chiquillo tan malcriado -parecía que todo lo que salía por boca de Vincent le daba asco a Claude -bien, parece que tu reputación te vale poco, pero... ¿qué hay de la de Audrey?

Eso hizo que un mar de pensamientos se estrellaran como olas de huracán en la cabeza del rubio. Era cierto que su reputación valía poco, pero la de Audrey era otra cosa.

-¡Buenas noches señor Arias! No pensaba que asistiera a este tipo de fiestas, dicen por ahí que los domingos va a otros... lugares -acentuó la palabra con su acento español.
-¡La monja! -sorprendido dijo Claude.
-¿La monja? vamos Claude, ya somos más que amigos -le dijo soltando una sonrisa picara y poco decente para alguien que viste un hábito.
-Sor Ariza ¿conoce a Claude? -dijo con seriedad.
-Cuando la señorita Giacometti no esta soy directamente la responsable con este chico -dijo mirando con la misma severidad al hombre.

Las luces comenzaron a fallar nuevamente, pero solo por segundos.

-Bien, me retiro. Nos vemos después Claude -le dijo sin apartarle la mirada hasta que entro por la puerta.

-No debes temer por amenazas como "destruir la reputación" de esa chica. Ella sola vuelve y se hace otra -comento tranquila.
-¿No deberías estar en una iglesia? -estaba probando que tipo de persona era.
-Decís eso por el hábito supongo. Pues sí, era monja. Y aún creo en vuestro padre, pero no tiene nada que ver con las cosas que hago.
-¿Estas en el negocio?
-¿Negocio? -rio ligeramente -si le quereís llamar así -se escucho un grito agudo, como el de una niña y justo en ese instante fuegos artificiales comenzaban a detonar.
-¿Qué fue eso?
-La señal. Debes salir de la casa, al patio de al frente, mira los fuegos artificiales junto al resto de los invitados -lo decía mientras le tomaba por el brazo y lo llevaba prácticamente empujado.
-No, no. ¿Qué paso? ¿algo salió mal? -estaba dispuesto a saber la verdad -¿Es Audrey? ¡Voy contigo señora monja!
-¿Señora monja? ¿pero cuántos años creéis que tengo? -dijo totalmente ofendida.
-¡Eso no importa ahora!
-Bien, pero llámame Ariza. Ven, sígueme. Vamos a subir.



-¿Eso fue un grito? -dijo Aznar buscando extrañado. El ensordecedor ruido producido por las explosiones de los fuegos artificiales no le dejaban escuchar bien ni sus propios pensamientos.
-Definitivamente lo fue -respondió Bastian. Estaban el el ático de la mansión. El lugar era amplio y alejado, pero el grito fue suficiente para ser escuchado por ellos.




La puerta fue abierta de una sola patada por Ariza y de ahí no paso. Había una marcada linea entre el pasillo y el marco de la puerta, el aura del lugar era pesada, la habitación estaba fría.
-No entres -le corto el paso a Claude con el brazo.
El chico se detuvo, pero en el instante que vio a la chica que andaba buscando en el suelo olvido la advertencia y corrió dentro de la habitación. Un leve chispazo se produjo cuando entro, sus pisadas parecían limpiar el suelo de la impureza que se producía en la habitación.

-¡Audrey! -grito.

Esto distrajo a la pequeña endemoniada que estaba justo en frente de Audrey. Ese instante fue el que aprovecho a la chica, que se levanto rápidamente y le propino una patada en la espalda a la niña, siendo empujada a Claude.

-¿Qué? -dijo confundido de la acción tan repentina.
-¡No la sueltes por nada! -le ordeno.

Al sentir el toque de la mano de Claude chillo -No me toques bestia -la voz para nada era la de una niña, sonaba gruesa, enfadada.
De inmediato le apretó el brazo con la mano derecha y soltó el bastón para sujetar con la mano izquierda también.
-QUEMA, QUEMA, SUÉLTAME BESTIA -gritaba fuerte, parecía que sus cuerdas vocales no daban más.
-No la sueltes -dijo con la respiración entre cortada -¡Ariza! dame algo con que marcar el piso.
De inmediato la monja saco de uno de los bolsillos del hábito una cuantas tizas y se las lanzo -no vayas a entrar, el aura esta muy pesada, ayúdame desde afuera.
-¿La vas a exorcizar? -parecía casi animada al decir eso.
-Al parecer.

-¿Qué... qué esta pasando? -de a malas podía sostener a la niña, parecía tener más fuerza de lo que aparentaba.
-Claude, la niña esta poseída y tu pareces.. debilitarlo. Trazaré un circulo, no debes dejarla salir de él hasta que yo termine. ¿Entendido?
-S..si...

La chica comenzó a trazar un círculo alrededor de ellos, marco cinco cruces y escribía cosas que Claude no podía distinguir.
En ese mismo instante la monja se arrodillo y junto sus manos, rezaba en español. "El padre Nuestro".

-¿Qué paso? -Bastian y Aznar preguntaban al mismo tiempo, llegando a la escena.
-¿La va a exorcizar? -parecía nervioso Aznar -sin agua bendita...
Bastian sonrió ligeramente -esa es su especialidad, realizar exorcismos de maneras no convencionales y siempre resultar victoriosa.
-Esta chica siempre con sus cosas...

-¡Mi niña! -era definitivamente el grito de una madre totalmente asustada -¿Qué le hacen a mi hija?
-Señora es peligroso entrar -Bastian a sujeto por el brazo y la empujo hacía atrás -quédese ahí y no molesta -le dijo con severidad.
-Pero....
-¡Ya le dije!

La mujer cayo rendida y asustada.

Audrey comenzaba a pronunciar cosas, deducía Claude que en latín, le sonaba a alguna oración, pero no estaba seguro de eso. Ya no le eran claras muchas cosas. La niña seguía gritando que las manos de él le quemaban y de vez en cuando trataba de morderlo. La abrazo fuerte y apretó contra su pecho haciendo que su mirada diera con la de Audrey, y le sujetaba los brazos para que no se zafara del agarre.

-¿Dónde esta Josephine? -pregunto Audrey totalmente desencajando en todo lo que estaba pasando -tu jefe la tiene ¿dónde?
-No, no maldita asesina, mi señor,es de él ya. Nada de lo que hagan se las devolverá. Déjame ir bestia, esa asesina te matará también a ti... eres su especialidad.
-Audrey, ya no tiene nada que decir, mátalo -pronunció Aznar como una orden.

-¡NO! ¿qué le harán a mi hija? -la mujer se volvió a levantar.
-Su hija estará bien, esta poseída. Y desde hace ya bastante tiempo -Bastian trataba de que se volviera a calmar, pero sus palabras no ayudaban mucho.

Audrey tomo el bastón del suelo y puso la punta en el pecho de la niña -Bestia desencajas en el precioso mundo que nuestro padre nos dejo, no tendré piedad, no te devolveré al infierno de donde eres, me desharé de esa alma asquerosa aquí mismo. En el nombre de Jesús, abandona ese cuerpo que no te pertenece, ABANDÓNALO. -Sus palabras hacían temblar a la niña.
-No, no... cállate asesina.
Empujo un poco más el bastón y se acerco a la niña entrando al círculo -Abandona en el nombre de Jesús ese cuerpo que no te pertenece -con su mano izquierda abierta golpeo el pecho de la niña y como si estuviera arrancando algo de el mismo halo con fuerza.

Se podía ver como una masa oscura salía en lo que Audrey halaba. Con la mano que sujetaba el bastón quito el seguro de la empuñadura y cayo una especie de vaina, dejando al descubierto la hoja delgada de una espada, con la que atravesó la masa que había sacado.

Justo en ese momento la tensión que había en la habitación desapareció, comenzaba a fluir el aire y la niña dejo de forcejear cayendo desmayada.
Claude la llevo lentamente al suelo y la acostó. Él se levanto de inmediato y busco la mirada de Audrey. Ella estaba serena, con la mirada hacía el suelo, pero tranquila. Se notaba que no era la primera vez que hacía esto.
Dio un paso para ir donde ella, y levanto su mano derecha, pero se detuvo de inmediato al verse la mano. Tenía unas extrañas marcas que parecían estaban defuminandose y pronto desaparecían.
-¿qué es...? -se dijo en voz baja.
Ella le tomo la mano y la examino, le devolvió la mirada, con su particular sonrisa -es bueno tenerte cerca Claude.

La mujer entro a la habitación corriendo y abrazo de inmediato a la niña que estaba en el piso. Las lagrimas brotaban de sus ojos.

-Debe buscar a un sacerdote y que purifique toda la casa... mañana mismo en la mañana si es posible -hablo Bastian con su peculiar autoridad.
Audrey se agacho cerca de la mujer y le puso una mano en la espalda -ella esta bien, solo que cansada y lo más posible que con hambre. Cuando despierte asegúrese de estar con ella, va a estar muy asustada.



Casa de Rupert Aznar ~ 3:30 Am Lunes


Estaba Bastian mirando por la ventana de la sala, la vista daba hacía la calle vacía. Rupert sentado en el sillón principal y atrás en el mini-bar sentada en una de las sillas Ariza.
Claude estaba al frente de Rupert examinando a todos con la mirada, y finalmente Audrey en el piso con las piernas juntas al pecho y abrazándolas, el mentón sobre las rodillas y mirando curiosa la próxima acción de Claude.


-Por un momento pensé que todos ustedes eran una banda de asaltantes... -rio ligeramente -pero esto jamás me paso por la mente.
-Lo siento, creo que alguien -su mirada acusadora se poso en la chica sentada en el suelo -debió explicar la situación.
-¿Qué son exactamente? -pregunto directamente a Aznar.
-Bien, te contaré mi parte de la historia muchacho.

"Hace dos años ya exactamente en Asturias con mi Josephine... es mi sobrina, pero la he criado como a una hija. Unos tipos nos asaltaron y se la llevaron secuestrada... tuvieron un accidente y ella fue la única que sobrevivió. Luego de eso nos fuimos a vivir a Malaga, ya sabes para pensar en otras cosas. Pero ella comenzó a comportarse extraño, no era siempre, pero había momentos donde no podía controlarla. Hasta que un día algo... entro a la casa, recuerdo que eran las 3 de la madrugada cuando paso, todos lo vidrios en la casa se rompieron, hasta la vajilla en la alacena quedo echa añicos, eso se la llevo -hizo una pausa, cerro los ojos y se puso la mano en la frente -fui a la policía, gobierno y finalmente a la iglesia. Pero ninguno pudo ayudarme. La iglesia la buscaba, pero algo me dejaron claro ´No realizan exorcismos a menos que se pague la suma necesaria´. Sé donde buscarla más o menos, porque ella me deja pistas, indicios, quiere que la encuentre y la rescate. Un año tratando junto a la iglesia, recorrí gran parte de Europa en eso. Hasta que decidí ir por mi cuenta. Ahí fue donde el encontré la pista que me trajo a América, conocí a estos tres que son los que ayudan a encontrarla... cada quien tiene sus habilidades."

Miro a Claude con ojos cansados -por lo que pude ver tu tienes una.
-Alto ahí eh -interrumpió Audrey levantándose.
-¿Qué pasa? Nos dirás y en eso incluyo a niñato ¿por qué tanto interés en él? -Bastian parecía más molesto de lo común.
-Relájate Bastian, te va a dar una embolia -dijo moviendo las manos, pero con cara de burla -Esta bien, debo confesar algunas cositas.
-Creo que sé por donde viene esto -Claude se incorporo y miro con audacia a la chica -de camino hacía acá concluí algo de ti.
-Veamos -le respondió la chica.
-Hace ya bastante tiempo atrás mi padre me dijo algo que en ese momento no comprendía, como muchas de las cosas que hablaba. "Te dejaré a dos guardianes, si me pasa algo, ellos te encontrarán" -se acomodo en el sillón -Luego no mucho paso cuando el murió... y aparecio un personaje muy singular...
-Gustav -dijo de inmediato Audrey sonriendo.
-Exactamente, un hombre que pertenecía a la Iglesia Católica, más no era presbítero, Obispo ni mucho menos Cardenal, amigo de mi padre que era por lo contrario presbiterio. Eso lo recordé gracias a que Sor Ariza viste un hábito, pero no es una monja por todas las de la ley.

Ariza que estaba sentada en el mini-bar bebiendo lo más posible vodka sonrió.

-Termina de empatar mi historia Audrey -le dijo con la misma mirada de tranquilidad.
-Pues sí. Evan, que no recuerdo que tuviese un apellido un día cuando aún yo pertenecía a la sociedad de exorcistas de la Iglesia en Europa, se acerco a mi junto con Gustav para pedirme un favor. Que si en caso tal a él le pasaba algo, buscáramos a su hijo, un niño que había adoptado y lo protegiéramos de la misma Iglesia.
"Al principio me pareció extraño ¿por qué proteger a un niño que esta totalmente desvinculado de la Iglesia? pero luego él mismo termino por decirnos la importancia de ese niño" -le miro, pero su expresión ya era seria.

-¿A qué te refieres? -interrumpió Bastian.
-Un día encontró al niño, no había rastro de padres, o familiares. Pero era humano, o sea que si los tuvo. Pero su ser, su esencia, su olor atraía toda clase de seres. Brujas, duendes y hasta demonios. Así que lo adopto, y lo crió, bajo la protección de sellos lo mantuvo escondido de la Iglesia y de los demonios. Hasta que un día las cosas se salieron de control en la Iglesia y Evan fue asesinado por la misma Iglesia que el profesaba.

Claude se levanto de inmediato y sus ojos estaban bien abiertos -¿qué... qué dices? acaso fue... la misma.. -las palabras no estaban claras en su cerebro y no eran bien procesadas para salir por la boca.
Audrey se quedo en silencio unos segundos antes de continuar -en ese momento junto a Gustav yo escape de la cede en Francia. Él iba a buscar al niño y llevarlo lo más lejos posible. Yo vague un tiempo en distintos lugares, desligando mi nombre de todos lados. Cambie varias veces mi nombre y mi aspecto -apretó los puños -pero fuimos incapaces de encontrar al que dio la orden, no nos podíamos acercar sin ser descubiertos. Años después recibí un mensaje de parte de Gustav, diciendo donde estaba con él chico que debíamos proteger, pero Gustav fue capturado...

-Un momento ¿no me abandono? -si antes había sentido un huracán de pensamientos, esto definitivamente era un tsunami.
-¿Qué es Claude? -Ariza había dejado el vaso con vodka en la mesa y se acerco con los ojos llenos de seriedad.
-aaff -soltó un suspiro -Evan en ese entonces decía que era "La Reencarnación de un Ángel en un cuerpo Humano" pero luego creemos que un Ángel cedió sus poderes a un niño humano... Desde siempre has podido ver a los demonios y brujas, cosas que no todo el mundo ve ¿no es así?
Su ojos estaban llorosos -yo no recuerdo nada antes del día que fui encontrado por mi padre, pero el decía que tenía un talento y que no todo el mundo debía saber de ese talento.
-¿Por qué estabas en el burdel? -Pregunto Audrey, aunque parecía que ella ya sabía la respuesta.
-Gustav me dijo que era inevitable esconder la esencia que desprendo, pero las personas se atraen a mi, y los demonios vienen. La única forma es impregnarme de otra esencia.
-No hay mejor lugar que un burdel pare eso, toda la porquería que hay abunda es suficiente para esconderle, pero el contacto directo con personas puede hacer que la gente se... por así decirlo drogue con el -paso sus manos por su rostro restregando los ojos.
-¿Por qué no le han atacado ahora que esta afuera del burdel o cuándo yo me lo lleve? -Bastian estaba bastante sorprendido de lo que se estaba hablando.
-Cuando te lo llevaste, no fue más que par un par de horas -trato de ocultar la risa -es difícil sacar el aroma a cabaret y mucho menos de Madame Cil. Y pues yo soy una exorcista. Cuando le lleve a mi casa, ese mismo día puse sellos por todos lados, además de que mi esencia es espanto lo mismo que la tuya para los demonios.

-¡Un Maldito momento! -grito Claude -no... ¿qué?
-¿Acaso ya no lo sabías? -dijo confundida.
Se le acerco y le tomo por los hombros mirándola a los ojos -dices que mi padre fue asesinado ¿POR QUÉ? ¿qué eres tu de la Iglesia? ¿qué paso con él?
-Yo... -estaba insegura de que decir en ese momento -no sé como responder eso...
-¿Por qué huiste? -dijo lo que parecía más calmado.
-Yo al igual que tu tengo un talento... si se puede llamar así que no todos deben conocer, para mi desgracia la Iglesia se entero de ese talento.
-¿Qué clase de talento es eso?
-Yo...




No hay comentarios:

Publicar un comentario