sábado, 3 de mayo de 2014

Horneando Situaciones: Margarina "Sin sal"

"La memoria SD esta dañada ¿desea formatear?" Era el mensaje con el que me enfrentaba aquella tarde.
Estaba "sentada" en el sofá de la sala, por sentada me refiero a tirada más bien, con la laptop tratando de no perder más de 500 canciones de la SD de mi celular.
Sola en casa un sábado por la tarde, Natsu había salido al cine con un tipo que ya ni del nombre me acuerdo.
Tenía en el suelo un vaso de Starbucks lleno de té frió, que poco hipster es eso. Ya, ya. Basta.

Estaba tratando de mantenerme activa hasta que se llegará la hora de ir al trabajo. Pueden creerlo, turno de 9 pm a 5 am, esto es tan desagradable, cuando el día anterior tenía libre y el anterior a ese turno entrando a las 6am. No hay Dios que se adapte a estas variaciones temporales de mi trabajo. Kasuma estaba abusando del hecho de que necesito este trabajo, y que es el mejor trabajo que he conseguido en mi vida.

Luego de un rato me doy un baño, me alisto y me dispongo a salir. Tomo mi bolso y llevo mi Filipina en las manos para que no se arrugue. Salgo, cierro la puerta y subo al elevador. Cuando llego al lobby del edificio esta Carol con otras chicas que supongo también son del edificio.

-Buenas noches Isa -saluda ella animada.
-Buena noche Carol -le saludo, y sonrió al resto. Cuando ya estaba en la puerta saludando al guardia de seguridad que tiene el turno de la noche logro escuchar lo que dicen las chicas.

"Es muy linda, me parece cute" ;"Es Chef, eso es tan genial"; "¿Enserio? yo quiero estudiar eso"; "Además tiene un novio que esta super bueno".


Bien, si esta hablando de John "Inglés bien Hot", pues tiene la razón en el punto de esta super bueno, pero aquí hay un punto, No es mi novio.
Camine hasta donde estaba mi auto estacionado, miré alrededor. Tengo la costumbre de hacerlo, revisar antes de subir al carro, pues nunca se sabe que clase delincuente te este esperando.

Cuando al fin puse la lleve en el cerrojo de la puerta del carro, alguien toca mi hombro, suelto un grito pequeño, solo por la repentina impresión.

-¡Dios! ¿Quieres matarme? -pregunte molesta.
-Lo siento, no fue mi intensión, Te estaba llamando, pero no respondías. Así que... -miro al suelo apenado.
-Decidiste venir a matarme del susto. ¿Gustavo, qué vienes a buscar? -¿Me estaba llamando? Debi nuevamente dejar el teléfono en silencio o algo parecido.
-Ya te dije que lo lamento, tranquila ¿sí? -nuevamente puso su mano en mi hombro -Pero vine por Bella.
-¿Bella? ¿Qué paso con ella? -La cara le cambio cuando la menciono.
-Ayer salí con ella, la invite a comer, pues tenía un problema con el novio y esas cosas que ella suele siempre exagerar... ¿Sabes la temperatura que hace actualmente en este país? -me miro preocupado.
-eeh... 30° o quizás un poco menos -dije extrañada.
-¡Exacto! y ella venía forrada con un jacket, así que me pareció extraño. La cosa es que insistí en hacerle un regalo y pasamos a una de estas tiendas... y cuando se quito el jacket para medirse otra cosa vi sus brazos.

Cuando dijo eso, enseguida entendí a lo que hablaba.

-¿Le preguntaste? -baje la mirada.
-Sí. Pero enseguida me desvío el tema. Dice que eso yo jamás lo entendería.




Están lo más seguro preguntándose ¿Quién rayos es Bella? Pues es una... me cuesta decir que amiga, pues yo no digo "amigas" cuando no se tiene ese lazo, esa conexión entre personas. Esa confianza para decir que es mi amiga, pero si que la aprecio mucho. Estuvo en el colegio conmigo, siempre fue algo débil de personalidad. No es que no tuviese una, porque si que la tenía, pero a la hora de defender quien era ella, siempre fue muy débil en ese aspecto. Tiene un novio, que digo yo que le ha hecho bien, pero de vez en cuando se siente insegura de lo que piensa la familia de él sobre ella.

-Bueno... trataré de hablar con ella, pero sabes que yo nunca he sido una de las personas más cercanas a ella. Tiene a otras personas que son más cercanas y tras todo esto, no sé si se sienta bien que yo sepa que se ha hecho eso. -Le aclaré a Gustavo -Además... ¿y ese repentino interés en la Pequeña Bella?
-pues pensaba que hiciéramos algo, no sé. Invitar a su novio y a ella e ir al cine o algo así -¿Soy yo o él esta haciendo una sita doble justo en mi cara? -Claro si no te molesta.
-Pues yo digo que no esta mal, pero que yo no soy la persona indicada, invita a alguna de las chicas que sean más cercanas a Bella. -Estaba esquivando totalmente eso.
-Pero... -trato de argumentar.
-Gustavo no será que...
-¿Gustavo? Antes me decías Gus, te has vuelto super fría conmigo. Además ¿qué es tipo de ti?
-¿Fría? Mira, qué se supone que debo entender de esto. ¿Y de qué tipo hablas?
-El inglés que se cree perfecto, sabes bien de quien hablo.

Ooh te refieres al señor estoy más que bueno -¿John? y si fuera algo para mi ¿te incumbe? -mi tono ya era totalmente de molesta -Has venido hasta mi hablando de Bella, pero al final te importa una mierda lo que pase con ella ¿verdad? -estaba ya furiosa -Vamos dí algo ¿nada verdad? que clase de porquería te has vuelto. Dile a Debbie que te consuele.
Me sujeto por el brazo y me halo cuando intente abrir el carro -¿Estas celosa de que llevará a Debbie?
-Me vale una mierda Debbie.
-No te irás de aquí hasta que me respondas -sus ojos rebuscaban en los míos la respuesta -¿Aún me quieres?
Sentí como mi corazón comenzó a palpitar más rápido, cerro los ojos tratando de pensar una respuesta correcta, pero una imagen invadió mi cerebro. John y yo besuquiandonos.
-Suéltame de una buena vez ¿quieres que llame al seguridad? Recuerda que tengo un primo que es Sub-Comisionado, no te busques problemas -le amenace.
Subí al carro y note que al otro lado del estacionamiento esta la señora del tercer piso que todo lo vidajenea. Bien, ya tiene algo de que hablar para la semana que viene o hasta que alguien haga alguna otra cosa más interesante.

Arranque el carro y salí lo más rápido que pude de ahí. Llegue al hotel frustada, entre a la cafetería  y ni siquiera salude, solo pase el mostrador y me metí en la cocina.

-¿Qué pasa? -Giusspe goloseando el Cheese Cake.
-¿Cuántas veces te debo decir que tomes trozos del más viejo?  Deja de comerte los más recientes -dije algo enojada.
-Uuf, enserio ¿qué paso? -me miro tratando de curiosear mi rostro.
Restregué mi rostro contra mis manos tratando de aflojar mi ceño, esto va a hacer que me salgan arrugas antes de tiempo.
-Gustavo fue a buscarme a la casa con otra excusa medio barata y me armo un "chiqui show" en el estacionamiento -dije agotada.
-Que barbaridad. ¿Te hizo algo? Creo que esto ya cae en el acoso. El propuso que se dejaran, pero insiste en seguir con...
-Sí, sí lo sé. Pero quiero mostrarme fuerte y que no me importa para que aprenda que me vale un carrizo.
-Bien... pues mañana puede ser un buen día para eso señorita chef. -Lo decía mientras se metía a la boca de la manera más sexy un trozo del cheese cake de Fresa.
-¿Mañana? -De que hablas hombre.
-¿Kasuma no te lo dijo o Lili? La pequeña cena que habrá mañana, iremos los principales que tenemos que ver en esa boda y estará claramente tu fotógrafo favorito para hostigarte.
-¿Estará John? -olvide por completo mi problema con el idiota de Gustavo.
-Mujer, disimula. Pues sí.

KASUMA TE MATO.

En la oficina de la persona que yo quería ahorcar.
-Lo juro que pensé que te había dicho. Es gala, debes usar traje largo y entaconarte.
-Yo te juro que no te mato, solo por no dejar a Lili sin marido antes de la boda -si las miradas matarán él seguramente ya estuviera en el fondo del mar. -¿Gala? Dios, ¿no pudieron hacer algo en lo que pudiera ir en chancletas? Odio tener que estar entaconada toda una noche.
-Mira por el lado bueno, te daré libre el lunes -trato de sacar una sonrisa inocente.
-Vete a la mierda Kasuma -lo sé hoy ando muy grosera.
-Vamos, no hagas eso.
-Te mandará a matar, pero soy pobre aún -lo mire mas calmada, suspire -¿hora?
-Ocho PM en el Hilton de la Avenida Balboa. John esta ansioso por verte -me dijo buscando una reacción en mi. Yo tenía la cara tapada con mi mano derecha.
-¿A mi? -levemente descubrí mis ojos -¿a mí? -mire confundida.
-Parece que supiste como fijar la atención de él, nunca ha sido de estar con un montón de chicas, eso sí, él es un imán de mujeres.



Sé que esa cena es camino a la perdición. Sé que esa cena va a estar llena de momentos incómodos, pero no me puedo negar ir.



Domingo Hotel Hilton 8:00 PM

Llegamos juntas, Natsu llevaba un vestido gris pálido, de un solo hombro, caída suave, abría solo un poco al final, pero tampoco corte recto. Su peinado era recogido a un lado con una trenza sencilla.
Yo por mi parte vestía uno color negro, espalda cruzada y adelante cuello en U. Caída suave, ligeramente suelto y abierto del lado derecho hasta unos centímetros más arriba de la rodilla. Mi cabello apenas y se recogía atrás, para dar la impresión de volumen.
-Odio este vestido -decía yo mientras bajaba del carro y el Valet Parking tomaba mis llaves y me daba el tiquete.
-El tuyo es genial, yo odio el mio, más bien odio los trajes largos. -quejaba Natsu.
Entramos al hotel y llegamos al restaurante, estaba arriba y daba a una terraza que tenía una vista hermosa del mar.

En una mesa cercana a la terraza Kasuma y Lili sentados hablando con Gustavo.

-Fuerza chica -me susurro Natsu.
-Bellezas -se escucho atrás de nosotras seguido de un aprenton en nuestros traseros de parte de Giusspe.
-No seas un hijo de... -Natsu dándole la bienvenida
-Gracias papasito le digo en voz baja -Se veía tan perfecto el condenado Italiano. Saco azul oscuro, corbata celeste mate, camisa blanca debajo del saco. Su cabello peinado y sus ojos remarcados por la tenue luz del restaurante.
-Me sonrojas Isa -me dice mientras hace las cursilerias de taparse el rostro.

Cuando íbamos de camino a la mesa ya Lili nos saludaba y agitaba sus manos, para llamar la atención. Pero en mi camino se cruzaba alguien más, toco apenas mi brazo izquierdo, al sentir las yemas de sus dedos me recorrió un escalofrío por el cuerpo. Gire lentamente para mirarle bien, ya sabía quien era, solo que amerita mirarle bien de arriba a abajo. Sus ojos fueron lo primero con que mi mirada choco. Yo no sé de que color son,¿verdes? ¿azules? ni idea al fin y al cabo tiene heterocromía.
En el restaurante el pianista comenzó a tocar ~Viva La Vida~ y todo se convirtió en un baile mental. Me detuvo y beso mi mejilla muy cerca de la comisura de mis labios. Ya se ha vuelto todo un descarado, tomo mi brazo izquierdo, mientras saludaba a Giussepe y a Natsu y me acompaño así hasta la mesa. Acomodo mi silla antes y después de que me sentará y luego el tomo asiento justo a mi lado, quedábamos mirando directamente a Gustavo y ahí acabo mi baile mental.

Miradas asesinas de Gustavo dirigidas a John, estoy lo suficientemente segura de que era así. Hablamos muy amenamente esa noche, yo estaba algo cansada, pues venía de trabajar.
Mientras hablábamos mucha gente se paro a bailar con la música de fondo. Los detalles del lugar, el techo alto y el candelabro lleno de decoraciones en el centro del salón. Era tan perfecto. Me levante, pero era solo para ir a ver por la terraza, tenía que tener esa imagen mental de la Bahía vista desde esa altura de noche.
Mire un momento hacía atrás y vi a Lili y Kasuma ya bailando, son una pareja encantadora, tan románticos, espero que eso nunca se les agote.

-Se ven tan felices ¿no? -su voz me saco de mis pensamientos.
-Gustavo no vengas a joder hoy, sí. -le conteste cortante.
-Discúlpame por lo de ese día, pero la propuesta sigue en pie. De ir con ellos y animarle.
-Tus disculpas no arreglan que mis vecino piensen que eres un loco acosador -lo mire muy seria.
-Comprendo ¿quieres bailar? -¿enserio? por favor que le pasa.
-Ni de coña, te dije que no me vengas a joder "Gus" -lo último lo dije tan sarcástica.

A la terraza entro otra pareja, unos señores diría yo que de unos setenta y algo de años. Reían de alguna cosa vista dentro en el restaurante.
Moví mis labios, el clásico movimiento para esparcir el labial. Rojo, por cierto, ese era el color que llevaba en mis labios y el color de mis uñas también.
-Eso es tan sexy -me dijo, me miraba directo  a los labios.
-Ese comentario es muy de acosador. Deja de jo... -fui olímpicamente interrumpida por John.
-¡Isa! Ven rápido -me dijo mientras movía sus manos llamándome -¡Vamos! -dijo con desesperación.
Yo solo lo miraba extrañada y camine hasta donde él.

Él me sujeto por el brazo, esta vez el derecho y me empujo adentro del restaurante prácticamente.
-¿Qué sucede? -preguntaba mientras lo miraba con cara de pánico.
-Amo esa canción y quería que la bailaras conmigo, esta en piano es perfecta -se ha inventado cualquier cosa para alejarme de Gustavo o es mi imaginación.
Le puse una mano en su hombro y con la otra se sujete la mano y me le acerque lo suficiente, le pedí que se inclinara un poco para poderle hablar al oído, soy una enana al fin y al cabo y el es super alto.
-No sé si darte las gracias o reír incontrolablemente, pero ¿qué ha sido esto? -nos movíamos lento al compás de las notas de ahora toda una banda tocando. Estoy segura que era ~The Way You Look Tonight~ pero eso ya no importaba, estaba ida en el aroma que desprendía el hombre con el que bailaba, bajo su mano un poco más en mi cintura, sentía cuando eso daba descargas eléctricas en mi columna.
-Te ves preciosa, en ese vestido -me susurró al oído -el negro te queda bien, y el rojo de tus labios me tiene loco.
El vestía un saco negro, la corbata roja, era como si simplemente nos hubiésemos puesto de acuerdo para combinarnos esa noche. Su cabello, ahora lo llevaba ligeramente más corto, peinado a un lado. Era el marco perfecto para sus ojos que ahora los veía verdes, pero son tan osados que de seguro cuando mire nuevamente ya sean de otro color.
La música acabo y el publico comenzó a aplaudir. Yo estaba aún mirando sus ojos, esperando que en un parpadear los colores comenzarán a jugar en sus pupilas. Él se estaba acercando ligeramente a mi y la música comenzaba nuevamente, esta vez era ~At Last~ de eso estoy segura. Cuando sus labios apenas y rozaron los míos ya sentía la verdadera embriaguez, cerraba mis ojos, sentía la sus respiración mezclada con la mía, pero era algo suave, delicado.
Trate de decir algo, pero fue en vano, él aprovecho ese momento de debilidad y al fin me beso. Adiós realidad, adiós humanidad. Toda era tan suave, pero por dentro yo estaba a punto de tirarlo contra una mesa y ahí mismo tener sexo salvaje como Dios manda.
¿Dios dice que tengamos sexo salvaje? Ni puta idea, eso a quien le importa ahora. Pero mi momento de fantasías ocultas termino cuando nos separamos, abrí los ojos buscando los suyos, y claro que los encontré. Él me sonrió ligeramente -¿nos vamos? -me propuso al oído.

Yo solo dije "Sí".

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